Viajera y escritora norteamericana viajó a Colombia por primera vez y publicó un artículo sobre qué actividades no recomienda

Mira Miller, una joven estadounidense, compartió sus experiencias de una breve vista a Colombia durante diez días, recorriendo las ciudades de Cartagena y Medellín, y la población de Minca, en la Sierra Nevada.

En un artículo para Business Insider, Miller detalló las actividades que disfrutó y aquellas que evitaría en futuras visitas a un país que describió como “una gema sudamericana”. A pesar de quedar encantada con la mayoría de los lugares, recomendó omitir, o hacer de manera diferente, ciertas actividades debido a barreras lingüísticas y expectativas no cumplidas.

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“Colombia se ha convertido en un destino turístico muy popular: en 2023, el país sudamericano recibió 5,9 millones de visitantes internacionales, un 24,3% más que el año anterior. Mi pareja y yo nos embarcamos recientemente en un viaje a Cartagena, Minca y Medellín en busca de buena comida, hermosa naturaleza y una experiencia cultural nueva para nosotros”, escribió la también periodista.

Durante su estancia, Miller y su pareja exploraron diversas atracciones turísticas que ella explicó en el texto publicado por el reconocido portal de actualidad.

Sin embargo, aunque describió sus diez días de estadía en territorio colombianos como una experiencia para “pasar de maravilla”, de manera que “repetiríamos gran parte de nuestro itinerario si volvieramos, hay algunas cosas que haríamos de forma diferente la segunda vez”.

Aseguró que, en plan de recomendar a otros viajeros primerizos, a juzgar por el texto, afirmó que en el texto “recomendaría qué hacer y qué saltarte en tu viaje”.

Una de las experiencias que no repetiría es la visita guiada al Museo El Castillo en Medellín, ya que las explicaciones se ofrecen únicamente en español, lo que le impidió comprender el contexto histórico de los artefactos exhibidos. A pesar de esto, mencionó que volvería al lugar para disfrutar de un picnic en sus jardines, por ejemplo.

Otra recomendación de Miller fue evitar los recorridos históricos privados en cualquiera de los destinos. Sugirió que los tours en grupo podrían ser más entretenidos y económicos.

“Terminamos reservando un tour histórico privado a través de nuestro anfitrión de Airbnb en Cartagena. Fue agradable visitar un monasterio que se parecía a la casa en «Encanto» de Disney, ver algunas vistas increíbles de la ciudad, y aprender todo sobre la historia de Cartagena. Pero era caro, 90 dólares por persona. Una excursión en grupo habría costado mucho menos y probablemente habría proporcionado una experiencia similar. Más tarde vi ofertas de entre 15 y 50 dólares por persona”, escribió.

También en La Heroica, por ejemplo, aconsejó no visitar el centro comercial La Serrezuela, que suele ser un punto de alto turismo, porque, según su perspectiva, pues “no es tan cool como parece”.

“He oído que Colombia tiene grandes centros comerciales. El centro comercial La Serrezuela, en concreto, se construyó alrededor de un teatro histórico y una plaza de toros. Caminar por el perímetro de un antiguo coso mientras se recorren restaurantes y cafés sonaba muy bien. Pero, en realidad, no era más que un centro comercial. A menos que quieras hacer compras de lujo, yo me lo saltaría”, comentó.

Por otro lado, Miller destacó varias actividades que sí repetiría en una futura visita a Colombia. Entre ellas, mencionó el recorrido en barco por las Islas del Rosario en Cartagena, la visita al colorido barrio de Getsemaní, y la degustación de platos típicos colombianos como las arepas rellenas de huevo frito, el ceviche, las empanadas, el arroz de mariscos y la bandeja paisa. También recomendó alojarse en la finca Masaya Casas Viejas en Minca y explorar las cascadas cercanas, escenario que definitivamente repetiría.

“Nuestros tres alojamientos en todo el país eran tranquilos, silenciosos y pacíficos. Aunque a menudo resulta tentador reservar lo que está más cerca del centro de la ciudad, estábamos muy agradecidos de tener un lugar zen al que volver después de nuestros largos y ajetreados días”, dijo en su texto.