Gustavo Petro afirmó que uno de sus objetivos en la Presidencia de la República sería lograr que en el país se consolide una Paz Total; sin embargo, luego de dos años de mandato, varios de los ciclos de diálogo con grupos armados han tenido múltiples inconvenientes y hasta escándalos que han resonado a nivel nacional.
Es por ello que InSight Crime, medio especializado en amenazas para la seguridad nacional y la ciudadana en América Latina, realizó un análisis sobre la importancia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), más conocidas como Clan del Golfo, en la búsqueda de la paz en el país.
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En primer lugar, destacaron que la Fundación Ideas para la Paz (FIP) señaló este grupo armado como uno de los que más se ha expandido en Colombia y cómo esto puede complicar las negociaciones o los posibles acuerdos.
De la misma forma, recordaron que el Gobierno nacional anunció un cese al fuego con el Clan del Golfo en 2023, pero semanas más tarde terminaron perpetrando un ataque contra la población civil en Antioquia, lo que significó un auge de la violencia en esta región que detuvo las intenciones de paz durante varios meses.
Debido a que en julio el Gobierno Petro reanudó los ciclos de diálogo con las AGC, el medio citado indicó que, “comenzar un diálogo con las AGC es un gran paso adelante para la política de “Paz Total” del presidente Gustavo Petro, pero también señaló que ante la falta de compromiso del grupo armado, “seguir adelante será un reto”.
En los puntos destacados para que se pueda concretar un proceso de paz exitoso, InSight Crime indicó que lo primero es entender que “el poder y la presencia territorial de las AGC aumentan la influencia del grupo y suponen una amenaza para las negociaciones de Petro con otros grupos armados”.
Sobre este tema, indicaron que actualmente el Clan del Golfo tendría alrededor de 7.000 miembros, sumado a las alianzas que tiene con estructuras criminales en algunas ciudades, lo que hace que tengan presencia hasta en 238 municipios en 18 departamentos.
“El dominio de las AGC representa una gran amenaza a las negociaciones en curso, incluyendo los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Mientras las AGC mantengan el control de sus bastiones, es poco probable que los demás grupos se desarmen”, destacó el medio especializado.
Teniendo claro este panorama, señaló que las AGC podrían complicar las negociaciones de paz debido a que no hay evidencia de que exista un acuerdo entre los cabecillas principales y los mandos intermedios de la organización criminal, recordando que tras la captura de alias Otoniel, cambio su estructura de mano ya hora tiene un “Estado Mayor Conjunto compuesto por seis líderes que rotan entre los diferentes territorios como medida de protección”.
Ante esta situación, no descartaron que en caso de que se firme un acuerdo de paz, esto pueda terminar con la conformación de múltiples células criminales, como se registró tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Por último, mencionó que en Colombia no hay un marco jurídico que pueda terminar de convencer a los miembros del Clan del Golfo de dejar las armas, puesto que “quieren un proceso de justicia de transiciones que incluya una garantía de no extradición y la amnistía para sus miembros” y esto solo sería posible con grupos con estatus político y las AGC no cuentan con ello.
Cabe recordar que, el Gobierno nacional clasifica al Clan del Golfo como unas “estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto” y aunque cambiaron su nombre a Ejército Gaitanista de Colombia, el Estado no reconoce esta modificación.