En Yarumal, un municipio del norte del departamento de Antioquia, se ha detectado un preocupante fenómeno de consumo de jarabes para la tos entre los jóvenes, que, al parecer, los utilizan de manera recreativa para experimentar efectos alucinógenos.
De hecho, durante una jornada de limpieza comunitaria que se realizó entre finales de septiembre e inicios de octubre de 2024, se encontraron más de doscientos frascos vacíos de estos medicamentos en menos de cuatro horas, que pusieron sobre la mesa la preocupación sobre una problemática de salud pública en la región.
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La denuncia la realizó el concejal municipal y policía retirado Francisco Olaya Jaramillo, que a través de sus redes sociales expuso el escenario que se vive en el poblado antioqueño.
“Hace algunos días, durante una jornada de aseo y embellecimiento de nuestras zonas comunes en el municipio, dándole un poco de amor al medio ambiente, evidenciamos una lamentable problemática, en menos de cuatro horas de aseo encontramos un aproximado de doscientos frascos de jarabes y productos para la tos, euforizantes y ansiolíticos con fines no terapéuticos”, especificó el concejal.
En su denuncia, Olaya comentó que durante su tiempo en la institución nunca había presenciado el uso recreativo de estos medicamentos. Sin embargo, ahora los jóvenes recurren a adultos para adquirirlos o incluso llegan a robar en las farmacias.
“Es una sensación muy bacana, uno lo prueba y quiere seguir probando. Pues la verdad nunca me han puesto problema en ninguna farmacia, solamente una vez, de resto no”, fue la descripción de una joven del municipio, citada por Teleantioquia.
Según explicó el cabildante, estos remedios contienen codeína, metilfenidato, benzodiacepina, alprazolam y dextromethorphan. La primera de estas, por ejemplo, —que aunque se usa en los jarabes para la tos— es un opioide que, aunque se utiliza comúnmente para aliviar el dolor y disminuir los síntomas del malestar respiratorio, puede generar efectos psicoactivos cuando se consume en dosis elevadas o combinado con otras sustancias. Estos efectos incluyen euforia, relajación y, en algunos casos, alucinaciones, lo que resulta atractivo para los adolescentes.
El secretario de salud del municipio, Alejandro Restrepo, explicó a El Colombiano que el consumo prolongado de codeína y otras sustancias puede causar dependencia, problemas respiratorios y daños en el sistema nervioso. Además, el uso recreativo de estos jarabes, a menudo mezclados con alcohol u otras drogas, aumenta el riesgo de sobredosis.
El “pharming”: una tendencia para “drogarse” con sustancias alucinógenas que se venden legalmente
El término “pharming” se refiere al uso recreativo de medicamentos y sustancias farmacéuticas de venta libre o con prescripción en las farmacias. Viene del idioma inglés por su raíz “pharm”, que se refiere a farmacéutico.
Entre los fármacos más utilizados en esta práctica se encuentran aquellos que contienen codeína, metilfenidato, benzodiacepinas, alprazolam y dextrometorfano, todos disponibles en farmacias bajo diferentes presentaciones.
La facilidad de acceso a estos productos, como los jarabes para la tos, es un factor que contribuye a su consumo, a pesar de que algunas farmacias han implementado restricciones en la venta a menores de edad o exigen prescripción médica.
Olaya, por su parte, dijo que el término es “una etiqueta” que se le agregó al “abuso” de estas sustancias que se pueden encontrar hasta en la despensa familiar, o en cualquier botiquín.
Por su parte, el secretario de Salud del municipio afirmó que en Yarumal, el epicentro de este consumo parece ser el patinódromo conocido como “La Marconi”, donde se han encontrado frascos vacíos y se ha visto a jóvenes abusando de estos medicamentos. Restrepo aclaró que este problema de salud pública no es reciente, pero desde que se dio el aviso por parte del concejal, se han empezado a implementar medidas de sensibilización.
Restrepo también mencionó que se han seguido rutas implementadas previamente para combatir la adicción al pegante sacol, que afectaba a los jóvenes de la región.
“Los médicos deben ser rigurosos en sus fórmulas para que las dosis de los envases que prescriben se ajusten a las necesidades terapéuticas. El llamado de atención también es para las farmacias para que sean más estrictos a la hora de vender estos productos a nuestros jóvenes, a los padres de familia para que estemos alertas de nuestros hijos, a los gobernantes de turno para que por medio de políticas públicas le coloquemos el ojo a esta problemática del consumo que acaba con los sueños de los niños, niñas y adolescentes”, agregó en su denuncia el concejal Olaya.
El fenómeno del pharming no es exclusivo de Yarumal. En otros países, como Estados Unidos, se ha observado una tendencia similar, donde los jarabes para la tos se mezclan con gaseosas para crear bebidas como el purple drank, que combina codeína y dulces para intensificar sus efectos. En Yarumal, se conoció que los jóvenes mezclan el jarabe con gaseosa Sprite o jugos para obtener efectos alucinógenos o euforizantes.