Revelan imágenes de niños indígenas venezolanos explotados laboralmente en Barranquilla

Barranquilla está encarando una difícil circunstancia con la niñez de la población indígena yupak, en la que, a juzgar por imágenes divulgadas en las redes sociales, se trataría de casos de explotación infantil que involucra a los menores de edad, quienes han sido vistos mendigando en las calles bajo la supervisión de adultos.

Según denuncias recogidas por RCN Radio, estos menores son transportados en camionetas y buses desde sus asentamientos en la Sierra Nevada y el sector de La Loma, en el centro de la ciudad, para ser utilizados en actividades de trabajo infantil que traigan recursos a los adultos.

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“¿QUIÉN DEFIENDE LA NIÑEZ EN BARRANQUILLA? ¡Más de 15 menores de edad! ¡Bebés de brazo, NIÑAS PEQUEÑAS SOLAS! Adultos explotándolos, algunos sin zapatos, en riesgo de ser atropellados. ¿CUÁNTO MÁS? Llevan más de un año ahí. HAGAN ALGO @ICBFColombia (sic)”, escribió una internauta la red social como pie de página de algunas imágenes en las que se ven a los menores, incluso en grupos, en una compleja situación.

Una ciudadana, que prefirió mantener su anonimato, relató a RCN Radio que ha logrado comprender el modus operandi de los adultos: los niños son dejados a varias cuadras de los lugares donde son explotados laboralmente, situación que significaría la posible existencia de una red organizada detrás de estas acciones.

La denunciante también expresó su preocupación por el estado en que se encuentran los menores, a la vez que afirmó que algunos parecen estar bajo los efectos de sustancias, ya que se comportan de manera inusual para su edad, permaneciendo sentados por largos periodos.

“Los niños cada vez que piden plata se les nota un aspecto como si estuvieran drogados, parece que les estuvieran haciendo algo, porque la mayoría son bebés de 2 y 3 años y se quedan ahí sentados por horas, y todo el mundo sabe que un niño de 2 años lo que quiere es jugar, y mucho de ellos se quedan ahí sentaditos, como idos”.

El concejal Estefanel Gutiérrez de Barranquilla, citado por el medio radial, expresó su descontento con la situación, e instó a las autoridades de bienestar familiar a intervenir para restablecer los derechos de estos niños. Gutiérrez también señaló que hay indicios de que los menores podrían estar siendo dopados y utilizados por adultos para mendigar, lo que podría constituir explotación laboral y sexual.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) dijo que va a intensificar sus esfuerzos para atender a la comunidad indígena yukpa en Barranquilla, según informó W Radio. Esta medida busca prevenir la vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes en los asentamientos de esta comunidad, ubicados en las localidades suroccidente y norte-centro histórico de la ciudad.

Entre las iniciativas, se organizarían ferias para ofrecer servicios de salud, realizar tamizajes nutricionales y distribuir alimentos de alto valor nutricional. Además, ejecutarán búsquedas activas para prevenir situaciones de mendicidad y trabajo infantil.

En el departamento del Atlántico, el Icbf ha abierto 12 procesos de restablecimiento de derechos para niños, niñas y adolescentes de comunidades indígenas, debido a diversas razones. La directora encargada de la regional del Icbf en Atlántico, Janeth Alemán, destacó la importancia de respetar las creencias y costumbres de la comunidad yukpa en la atención que se les brinda.

“Es necesario que todas las entidades nacionales, regionales y locales nos unamos para brindar una respuesta integral que abarque los diferentes frentes como salud, nutrición, educación y relaciones familiares, con enfoque diferencial”, afirmó citada por el medio radial.

En Barranquilla, más de 20 familias del pueblo indígena yukpa viven en condiciones de extrema pobreza en un asentamiento conocido como Isla La Loma 1, cerca de la Ventana de Campeones. Esta comunidad, que llegó a la ciudad hace más de cuatro años, enfrenta serias dificultades debido a la precariedad de sus viviendas y la falta de servicios básicos.

La mayoría de los yukpa que habitan este asentamiento son originarios de Venezuela, específicamente de la Serranía del Perijá. En su país de origen, se dedicaban a la venta ambulante y, en ocasiones, a pedir dinero y alimentos en las calles. Sin embargo, la crisis económica en Venezuela los obligó a buscar nuevas oportunidades en Colombia.

El asentamiento fue instalado a mediados de 2020 y se encuentra en un área de difícil acceso, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando los caminos se llenan de barro. Las viviendas, construidas principalmente de madera, están en mal estado y muchas presentan filtraciones de agua a través del techo, lo que agrava las condiciones de vida de sus habitantes.

La comunidad yukpa vive en medio del barro y la precariedad. Las familias cocinan al aire libre, compartiendo calderos, y los niños juegan en las inmediaciones, a menudo vistiendo ropa en mal estado.