Seis mujeres colombianas, víctimas de una red de trata de personas, fueron rescatadas en el estado de Veracruz, México, a finales de septiembre y se encuentran bajo la protección de las autoridades mexicanas.
Sin embargo, a pesar del éxito del rescate, la situación para sus familias en Colombia sigue siendo compleja, dado que ha estado marcada por la incertidumbre sobre su retorno y el miedo a posibles represalias por parte de los grupos criminales que controlaban la red de trata.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Según informó Andrés Hernández, cónsul de Colombia en México, las mujeres rescatadas están bajo el resguardo de la Fiscalía General de Veracruz en albergues de máxima seguridad y a la espera de los trámites necesarios para su repatriación a Colombia, pero varias de ellas han manifestado su deseo de permanecer en México debido a amenazas recibidas en Colombia, lo que generó un nuevo reto para las autoridades colombianas y mexicanas que gestionan el caso.
El proceso de rescate se activó luego de que, el 25 de septiembre de 2024, amigos de una de las jóvenes denunciaron la desaparición ante la Embajada y el Consulado de Colombia en México. Las autoridades mexicanas fueron notificadas de inmediato, lo que permitió movilizar a las fuerzas de seguridad para desmantelar la operación de trata y liberar a las víctimas.
Incertidumbre en las familias
En Colombia, las familias de las mujeres rescatadas viven en una situación de gran angustia. Jaider Giraldo Soto, familiar de una de las víctimas, expresó en una entrevista para Teleantioquia Noticias la falta de información sobre el regreso de las jóvenes: “Es la hora que no sabemos una noticia de qué ha pasado, cuándo van a volver”, afirmó.
El joven detalló que, aunque las mujeres están bajo protección de las autoridades mexicanas, la comunicación con ellas es limitada y angustiante: “Estamos desesperados, al igual que ella cuando nos llama, que no se aguanta estar un día allá. Parecen estar privadas de la libertad porque no las dejan salir, la comunicación es pésima”.
Las mujeres, aunque liberadas de sus captores, continúan atrapadas en un limbo burocrático y de seguridad que impide su regreso inmediato a Colombia. A pesar de haber brindado su testimonio a las autoridades mexicanas y colaborar con la justicia, aún deben permanecer en los albergues mientras se revisan sus casos en medio de un proceso que ha generado ansiedad en las familias que esperaban una reunificación más rápida.
Miedo a represalias
Uno de los factores que complica el retorno de las mujeres a Colombia es la amenaza de retaliaciones por parte de las organizaciones criminales responsables de la trata. Giraldo Soto indicó que tanto las víctimas como sus familias en Colombia están expuestas a posibles ataques: “Protección no tenemos, la vida de nosotros corre peligro porque ha habido personas raras, desconocidas fuera de la vivienda”, denunció.
Esta situación ha llevado a las familias a solicitar más protección tanto para las víctimas como para ellos mismos, dado que estos grupos suelen contar con estructuras violentas para intimidar y silenciar a quienes colaboran con las autoridades.
El complejo proceso de repatriación
El proceso de repatriación de las víctimas no solo implica cuestiones logísticas, también la consideración de la seguridad de las mujeres una vez que regresen a Colombia, pues las amenazas recibidas han llevado a algunas de las rescatadas a contemplar la posibilidad de solicitar refugio en México, lo que ha añadido una capa adicional de complejidad al caso.
Por tal motivo, las autoridades mexicanas y colombianas están trabajando en conjunto para determinar el mejor curso de acción, ya sea gestionar su retorno o brindarles protección en México si deciden no volver.
Hasta el momento, no se ha definido una fecha para la repatriación de las mujeres que desean regresar y las autoridades colombianas han instado a sus familiares a mantener la calma mientras se lleva a cabo el proceso.