El Gobierno nacional, junto con sindicatos y empresarios, se prepara para empezar la discusión sobre el aumento del salario mínimo para 2025. Este debate se desarrollará en un contexto de inflación en descenso, con una tasa anual que alcanzó el 5,81% hasta septiembre, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
De hecho, ya hay quienes proyectan de cuánto será el aumento por el bien de la economía colombiana. Por ejemplo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, sembró gran expectativa sobre ambos asuntos, ya que aseguró que la discusión que se avecina sobre el salario mínimo seguirá, según él, los lineamientos establecidos por la ley, aunque anticipó que el aumento sería de un solo dígito y no de dos como ocurrió para 2024, cuando el alza fue de 12% y ubicó a la remuneración en $1.300.000.
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Por otra parte, el jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), Óscar Cubillos, dio a conocer que para la negociación (participan empleadores, trabajadores y Gobierno), los sindicatos podrían solicitar un incremento de 15,4%, con lo que apuntarán a llegar a $1.500.000, mientras que los empresarios presentarían una postura más conservadora. Ante esto, indicó que su propuesta podría comenzar con “un incremento de 6,0%”.
Para el fundador de Raddar, Camilo Herrera Mora, son muchos los retos en torno al salario mínimo, porque solo el 18% de la población ocupada está vinculada a ese indicador, debido a la gran informalidad. Además, dejó claro que no es cierto que todos los salarios suban igual. Entonces, ante esto, espera un aumento entre 7% y 8%.
Negociación será mucho más difícil
Ahora el que se refirió al tema fue el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, que afirmó que se prevé que este año la discusión tendrá un matiz más político que económico. El dirigente expresó que considera que este año la negociación va a ser todavía mucho más difícil.
La postura del Gobierno no es la única que podría dificultar el acuerdo. Sobre esto, Arias dijo a El Tiempo que “el empresariado no está en la voluntad de llegar a ningún acuerdo con el Gobierno”. Recordó que durante los debates pasados (para el aumento de 2023 y de 2024), el Gobierno experimentó dificultades para consensuar, por lo que optó por decretar el aumento sin el aval del sector empresarial.
Esto, agregó, dejó entrever una creciente tensión política: “Llegamos a un momento en el cual el empresariado está jugando en la oposición abierta”.
En cuanto a las expectativas de los trabajadores, Arias adelantó que “con absoluta seguridad vamos a pedir dos dígitos” de incremento. Esto destaca un enfoque en las necesidades de la población trabajadora que sufre el impacto económico de los altos costos de vida. La CUT planea abordar temas adicionales durante las discusiones, como servicios públicos, arriendos y el precio del Acpm (diésel), por lo que resaltó que el aumento de los arriendos “no debe subir tanto como la inflación, especialmente, a los que ganen menos”.
Respaldo al Gobierno Petro
Arias ha sido históricamente opositor a los gobiernos, pero ahora se encuentra del lado del gobierno actual. Ante la situación, dijo al medio que “a este lo estamos respaldando”, a lo que añadió que la complejidad de problemas viejos y nuevos requiere de un Gobierno que pueda abordar estas cuestiones de manera adecuada.
No obstante, reconoce que el respaldo no implica ausencia de crítica: “Tenemos que seguir reclamando a este Gobierno, así sea que lo respaldemos”.
La posibilidad de que el aumento del salario mínimo se concrete mediante un decreto es alto, según Arias, en especial, si se considera que las posiciones políticas parecen estar más definidas que nunca. “Yo creo que al igual que el año pasado va a ser por decreto”, comentó al anotar que las diferencias económicas cedieron el paso a un conflicto en el que predomina lo político.