La fuga de Óscar Camargo Ríos, más conocido como alias Pichi, ha generado gran indignación a nivel nacional, principalmente porque el criminal había recibido el beneficio de casa por cárcel, pero luego de que le notificaron que esta medida había sido suspendida y tendría que volver a prisión, desapareció de la vivienda en la que se estaba hospedando en Medellín.
Desde ese momento, las autoridades en Antioquia implementaron un plan candado con el que buscan que el criminal no pueda salir del departamento y poder llevar a cabo su captura; de la misma forma, la fuerza pública en Santander está en alerta, puesto que Camargo es señalado de ser el cabecilla de la mayoría de puntos de microtráfico en esta zona del país.
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Hasta el momento no se han registrado avances de consideración sobre la búsqueda de “Pichi”, por lo que las autoridades han sido alertadas sobre la estrategia que estaría implementando el criminal para burlar los puestos de control.
De acuerdo con RCN Radio, a diferencia de cuando fue capturado en 2018, en las últimas imágenes que se tienen de Camargo se observa que se estaba dejando crecer su barba y tenía un peinado diferente al que lució durante el tiempo que estuvo en prisión.
De la misma forma, tras su fuga, la policía habría recibido alertas en las que indicaban que “Pichi” pintó su cabello de rubio para despistar por completo a la policía en los puestos de control y con ello poder salir de Antioquia.
“Pichi” estaría siguiendo los pasos de “Chupeta”
La ausencia de pistas sobre la ubicación de “Pichi” y los cambios físicos que tendría el criminal han hecho que en el país se le asocie con Juan Carlos Ramírez Abadía, más conocido como alias Chupeta, que fue una de las piezas claves en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero que en el país es recordado por la forma en que terminó siendo capturado.
Ramírez Abadía fue uno de los líderes que destacaron en el cartel del Norte del Valle tras la caída del cartel de Cali; sumado a esto, comandó un grupo de capos que se declararon enemigos de los informantes, pero años más tarde terminó entregándose a las autoridades y colaboró con la justicia para permitir la captura de otros narcos.
Tras salir en libertad en 2004, “Chupeta” desapareció, pero había informes que indicaban que seguía traficando y terminó siendo encontrado en Brasil en un operativo que no iba dirigido contra él, o al menos eso afirmaron las autoridades en un principio.
En una operación contra un criminal en ese país, se reveló por qué las autoridades habían perdido el rastro del colombiano, que se había practicado varias cirugías y tuvo que ser identificado por su voz y sus huellas dactilares, debido a que físicamente era totalmente diferente a la persona de la que se tenían registros en Colombia.
Tras ser capturado fue extraditado a Estados Unidos, en donde fue condenado a 20 años de prisión por los múltiples cargos en su contra, esto se debe a que tomó la decisión de nuevamente colaborar con la justicia y revelar secretos de sus socios.
Chupeta también fue responsable de evitar un secuestro que hubiera provocado una crisis en Brasil, ya que Folha de São Paulo afirmó que el capo informó a las autoridades que Luiz Fernando da Costa, alias Fernandinho Beira Mar, capturado en Colombia en 2001, tenía un plan para secuestrar al hijo del entonces presidente de Brasil, Lula Da Silva.
Entre las revelaciones de Ramírez Abadía se destaca que Fernandinho tendría hasta 200 fotos que describían la rutina del hijo del presidente, pero “Chupeta” dejó de hablar debido a que las autoridades no cumplieron con su parte del trato; sin embargo, tras llegar a Estados Unidos volvió a ser informante.