En medio del debate sobre la relación entre el Ejecutivo y el poder judicial en Colombia, el presidente Gustavo Petro respondió a las críticas del reconocido académico y escritor Mauricio García Villegas, que expuso en su columna publicada en el diario El Espectador, publicada el 12 de octubre, titulada Petro y los jueces, la desconexión entre las aspiraciones del pueblo y la jurisprudencia actual.
García Villegas, con un vasto conocimiento en ciencia política, comenzó su columna al reflexionar sobre el fenómeno de la discrepancia entre las normas promulgadas y su aplicación efectiva. A través de una crítica contundente, resaltó que, a pesar de que en Colombia y otros países latinoamericanos se promulgan leyes que recogen aspiraciones justas, su aplicación frecuentemente se traduce en “letra muerta”.
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La postura del académico surge tras el caso en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que imputaría cargos al presidente Petro por supuestas violaciones en la financiación de su campaña presidencial en 2022, tanto en primera como en segunda vuelta, al destacar que este tipo de decisiones refuerzan la percepción de una justicia desconectada de la realidad social.
La situación se intensificó considerablemente tras la divulgación de la noticia, lo que llevó al presidente Petro a manifestarse de diversas maneras: en discursos, a través de redes sociales y en un evento público. En estas ocasiones, el mandatario afirmó que la decisión del organismo de control electoral marcaba el comienzo de lo que él calificó como un “golpe de Estado”.
La respuesta de Petro, publicada en su cuenta de X, fue una defensa “apasionada” de su administración y una reafirmación de su compromiso con la justicia.
“He acatado todos los fallos de la justicia”, afirmó, al destacar su esfuerzo por fortalecer el poder judicial y proteger su independencia. No obstante, Petro también dejó claro su deseo de “más poder e independencia para la justicia”, al tiempo que abogó por un sistema de justicia restaurativa que priorice los derechos de los sectores más vulnerables.
Petro agregó en su mensaje que: “Quiero un sistema de justicia restaurativa que acabe la impunidad y no olvide que todos somos seres humanos. He logrado una fiscalía libre de la politización y la extorsión sobre la política y su afinidad con el crimen. Solo espero de los jueces que sean justos y privilegien los derechos de la población más vulnerable”.
García destacó la desconexión entre aspiraciones populares y decisiones judiciales
Esta respuesta del presidente no solo indicó su desacuerdo con las críticas de García Villegas, sino que reveló la complejidad del papel del Ejecutivo en un sistema judicial que muchos consideran ineficiente y desconectado de las necesidades del pueblo. El académico argumentó que la solución propuesta por Petro —la elección popular de jueces, como se implementó en México— podría ser perjudicial para el Estado de derecho, y sugiere que tales medidas no resolverían los problemas existentes, sino que podrían agravarlos.
El académico señaló en su columna que: “Petro tiene razón cuando detecta esa desconexión (entre pueblo y jueces), pero, como suele ocurrir en sus discursos, las buenas razones se entrelazan con imprecisiones, las intuiciones ciertas con las propuestas delirantes, y la detección acertada de los problemas con el simplismo de las soluciones (sic)”.
“Si el presidente tiene razón en su crítica a los jueces, las conclusiones que saca son desafortunadas”, se lee en la columna.
Además, García Villegas criticó el tono alarmista de Petro, que afirmó que el pueblo no tolerará más el desconocimiento de su voto. Esta afirmación sugiere un clima de tensión entre el Ejecutivo y el Judicial, donde cada decisión en el marco legal puede ser vista como un acto político.
El autor de reconocidos libros como El país de las emociones tristes, La quinta puerta, El orden de la libertad, entre otros, señaló que: “Las Cortes no son ajenas al problema de la desconexión, al menos parcial, entre voluntad constituyente y jurisprudencia, y por eso deberían tener algo de autocrítica al respecto. No hay que olvidar que la indiferencia de los jueces mexicanos frente a la crítica contribuyó a que en México llegaran al exabrupto de instaurar la elección popular de jueces”.
Mauricio García Villegas concluyó su análisis con una invitación a la autocrítica por parte de las Cortes, al señalar que su indiferencia ante la crítica pública contribuyó a la “erosión” de la confianza en el sistema judicial. La conexión entre la voluntad popular y la acción judicial es un tema de vital importancia que debe ser abordado con seriedad y compromiso por todos los actores políticos.
Esta crítica se suma a la columna del escritor Mario Mendoza en la revista Cambio, publicada el 13 de octubre, que presentó un viaje en su percepción de Gustavo Petro, un presidente que, al inicio de su mandato, despertó altas expectativas entre muchos sectores, incluido el propio escritor, pero que posteriormente llegó la desilusión.
“No es fácil hacer un perfil de Gustavo Petro, quizás porque él mismo se encarga de desdibujarse y contradecirse”, apuntó Mendoza, al sugerir que la inconsistencia del presidente es una de las razones detrás de su creciente desencanto.