El Consejo de la Unión Europea dio un movimiento importante en su acercamiento comercial con las naciones latinoamericanas debido a la celebración del acuerdo comercial de gran calado con Colombia, Perú y Ecuador, que se sumó tras un protocolo de adhesión.
Este pacto, que se aplicará plenamente a partir del 1 de noviembre, lleva en aplicaciones parcial y tramitaciones por al menos 11 años, y busca fortalecer las relaciones comerciales y los compromisos sostenibles entre la Unión Europea y estos países andinos.
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“El Acuerdo Comercial UE-Colombia-Ecuador-Perú incluye liberalizaciones arancelarias totales o parciales, contingentes sustantivos libres de derechos, la eliminación de barreras reglamentarias o técnicas no arancelarias y la introducción de medidas de facilitación del comercio, como los procedimientos aduaneros”, informó la Unión Europea.
Y agregó: “también liberaliza los movimientos de capitales, las inversiones y los mercados de contratación pública. No menos importante, el Acuerdo compromete a las partes a respetar los derechos humanos, garantizar los derechos laborales y garantizar un nivel adecuado de protección del medio ambiente”.
Desde 2013, el acuerdo ha estado en aplicación provisional con Colombia y Perú, y desde 2017 con Ecuador. Sin embargo, desde una implementación completa, el acuerdo proporcionará un mayor grado de seguridad jurídica a esta relación comercial, según el comunicado del Consejo.
La UE, que es el tercer socio comercial y uno de los principales inversores en la región andina, registró un comercio total de aproximadamente 33.000 millones de euros con estos países en 2023.
De qué trata el acuerdo
El acuerdo comercial incluye la apertura gradual de los mercados de bienes y servicios, así como la contratación pública e inversiones.
Además, establece nuevas normas sobre barreras no arancelarias, competencia, transparencia y derechos de propiedad intelectual. También se prevé un entorno más estable para las empresas, con un mecanismo bilateral de solución de diferencias y un sistema de mediación para las barreras no arancelarias.
Un aspecto destacado del acuerdo es su enfoque en el desarrollo sostenible, con compromisos para garantizar altos niveles de protección laboral y medioambiental. Esto incluye un sistema de arbitraje y procedimientos para colaborar con la sociedad civil.
Incluso, según un sumario del documento de más de 1.400 páginas que publicó el organismo internacional, se afirmó que “También se liberalizan los pagos corrientes y los movimientos de capital. Esto facilita la libre circulación de servicios, inversiones y establecimientos”.
Aranceles en servicios, productos y alimentos
Por otra parte, el acuerdo contempla la liberalización de impuestos en la importación y exportación de alimentos, desde luego, con términos y condiciones. Por ejemplo, a partir de la implementación, “durante un período transitorio, la UE elimina los aranceles sobre casi todas las exportaciones procedentes de Colombia, Perú y Ecuador, a excepción de determinadas hortalizas y frutas”, determina el acuerdo.
Así, “en el caso de productos sensibles específicos, existen contingentes arancelarios. Esto significa que cada año sólo una cantidad limitada de productos sensibles puede ser objeto de comercio libre de derechos”. Estos productos alimenticios son champiñones, maíz dulce, dulces, bovinos, leche de vaca, ron, azúcar, yogur, y plátanos.
Ahora, Colombia, Perú y Ecuador también “otorgan beneficios arancelarios de la Unión Europea. Reconociendo la asimetría en los niveles de desarrollo de las partes, la liberalización es gradual y se extiende a lo largo de un período de hasta diecisiete años. Una vez que se implementen todas las reducciones arancelarias”, estableció el organismo.
De tal modo, los productos industriales y pesqueros provenientes de la Unión Europea “se exportarán libres de derechos a Perú, Colombia y Ecuador, en determinadas condiciones”.
Incluso, la mayor parte de productos agrícolas provenientes de estos países podrán ser exportados desde Europa “libres de derechos. Sin embargo, una lista de productos sensibles está excluida de la liberalización, mientras que otros están sujetos a contingentes arancelarios”.
La inclusión de medidas para facilitar el comercio y eliminar barreras técnicas y reglamentarias es parte de un prolongado esfuerzo por crear un entorno más favorable para el intercambio económico entre Europa y la región andina de Sudamérica.