Banco Mundial recomendó un nuevo impuesto para Colombia y otros países de América Latina para reducir la desigualdad

El Banco Mundial es una de las fuentes más importantes de financiamiento y conocimiento para los países en desarrollo, está integrado por cinco instituciones que se comprometieron a reducir la pobreza, aumentar la prosperidad compartida y promover el desarrollo sostenible. El mismo, recientemente, hizo varios reportes sobre el presente y las proyecciones a corto y largo plazo de la economía de Colombia, así como la de América Latina y el Caribe.

Por un lado, prevé un crecimiento del 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional para el próximo año, lo que representa un incremento de 0,2 puntos porcentuales respecto a la proyección anterior de 1,3%. Sin embargo, las expectativas para 2025 son moderadas, ya que se redujo el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,2% al 3%. Estas cifras reflejan un ligero ajuste en las expectativas del país.

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Por otro lado, la entidad dio a conocer en reciente informe que los impuestos a la riqueza podrían ser una herramienta eficaz para combatir la creciente desigualdad, tanto en Colombia como en el resto de los países de América Latina y el Caribe.

Según el mismo, denominado “Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento”, un enfoque en gravar la propiedad de los más ricos podría ayudar a generar el espacio fiscal necesario para mejorar los servicios públicos y fomentar el crecimiento económico.

En el documento se identifica una “paradoja del impuesto a la propiedad”, donde a pesar de que el 80% de la riqueza en la región está concentrada en bienes raíces, solo el 2% de los ingresos tributarios provienen de estos impuestos.

Además, en el mismo se compara la situación en América Latina con otras regiones, por lo que se destaca que mientras aquí se recauda solo el 2,7 % de los ingresos por medio de impuestos a la riqueza, América del Norte alcanza un 12,8%, en gran parte gracias a un mejor aprovechamiento. de los impuestos a la propiedad.

Según este, una modernización de los sistemas de valoración y esfuerzos de recaudación en la región podría optimizar este potencial, con lo que se contribuiría hasta un 3% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, según se menciona en el informe, “pueden empoderar a los gobiernos subnacionales (entidades públicas vinculadas a la integración regional, desarrollo y también a personas del ámbito académico y/o privado) a carga de su recolección, incentivar un uso de la tierra más productivo y respetuoso con el medio ambiente, y alejar la carga fiscal del entorno empresarial”.

La entidad hizo énfasis en que la deuda pública de la región incrementó de manera importante, al pasar del 59,1% del PIB en 2019 a un 62,8 % en 2024.

Entonces, el elevado endeudamiento junto con los servicios de deuda dificulta la capacidad de crear espacio fiscal para el gasto y la inversión pública. El informe enfatiza que abordar esta situación es esencial para apoyar una “agenda de desarrollo más amplia”. En este contexto, se propone explorar distintos tipos de impuestos a la riqueza, especialmente a la propiedad, como señaló el Banco Mundial.

Además de los impuestos patrimoniales, el informe sugiere mejoras en la capacidad administrativa y la recaudación para cerrar la brecha fiscal. En la actualidad, los impuestos a las corporaciones en Latinoamérica están entre los más altos a nivel mundial, con un promedio de 24,7%, lo que supera así los promedios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), de la que hace parte Colombia, y Asia.

Sin embargo, la contribución de los impuestos a la propiedad sigue siendo comparativamente baja, algo que, según el banco, podría ser corregido para fortalecer las finanzas públicas en la región.

El informe también resalta que una adecuada reforma en los impuestos a la propiedad no solo incrementaría los ingresos, sino que también podría contribuir a una mayor equidad y desarrollo sostenible. Sin embargo, se advierte que tales reformas deben ser cuidadosamente planificadas para asegurar su progresividad y evitar afectar desproporcionadamente a los propietarios de bajos ingresos.

“Cerrar esta brecha es parte de una agenda de desarrollo más amplia”, declara el informe.