Lluvia de críticas por la ausencia de Petro en El Plateado y la presencia de Sarabia: tensiones en medio de crisis en Cauca

El domingo 13 de octubre, siete ministros del Gobierno del presidente Gustavo Petro, acompañados por Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), se desplazaron al municipio de El Plateado (Cauca), con el objetivo de llevar una oferta institucional a las comunidades de la región. La visita tiene lugar en medio de un complejo contexto de violencia, marcado por la presencia de grupos disidentes, como el frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc, que hicieron del lugar un corredor estratégico para el narcotráfico.

El Ministerio de Defensa, a través de su cuenta de X, informó que la delegación de la administración gubernamental se dirige a la zona durante la Operación Perseo, una acción militar emprendida recientemente para recuperar el control territorial del corregimiento. Según la institución, la visita busca “llevar toda la oferta institucional del Estado a las comunidades”, en un intento por restablecer la presencia del Estado en una región duramente golpeada por el conflicto armado.

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No obstante, la ausencia del presidente Petro en esta visita, a pesar de haber anunciado previamente su intención de viajar con su gabinete a El Plateado, suscitó una ola de críticas desde diversos sectores. El mandatario, a través de su cuenta de X, había indicado que: “Iré al Plateado con todo el gabinete para con todos los habitantes del Micay trazar el plan de inversiones inmediato”, lo que generó expectativas en torno a su participación; sin embargo, hasta el momento de la salida de los ministros, su asistencia no se materializó, lo que provocó cuestionamientos sobre su compromiso directo con la situación en Cauca.

A su vez, la presencia de Laura Sarabia en esta misión también generó controversia, pues cabe destacar que la directora del Dapre fue objeto de polémicas en el pasado, lo que causó suspicacias sobre el rol que desempeña en esta visita oficial. Algunos usuarios críticos de la red social consideran que la figura de la mano derecha del presidente desvía la atención de los verdaderos problemas de la región, ya que su perfil estuvo vinculado a otras controversias políticas que marcado su carrera.

El vacío de liderazgo del presidente Petro en un momento crucial para la comunidad de El Plateado fue aprovechado por la oposición, que destacó la importancia de su presencia física en una zona de alta conflictividad. Internautas cuestionaron su ausencia en un territorio tan simbólico en la lucha por la paz y la estabilización. Aunque el mandatario había prometido asistir, la delegación fue liderada por Laura Sarabia, quien sigue siendo un foco de controversia. El viaje tiene lugar en medio de una ofensiva militar para recuperar el control territorial del corregimiento, asediado por disidencias armadas.

Desde una perspectiva local, la visita gubernamental también generó incertidumbre en la comunidad, que ve con escepticismo la capacidad del Estado para implementar soluciones duraderas. Aunque se mencionó que la oferta institucional se enmarca en la Ley 1448 de 2011, conocida como la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, muchos habitantes de la región consideran que estas políticas no logran transformar sus condiciones de vida ni mitigar la violencia que azota al territorio.

Las promesas de reparación y restitución de tierras a las víctimas del conflicto, que en teoría son uno de los pilares de la oferta estatal, son criticadas por su lenta implementación y la falta de garantías de seguridad para quienes intentan regresar a sus tierras.

Mientras tanto, la Operación Perseo, respaldada por una fuerte presencia militar, sigue en marcha. El 12 de octubre, más de 1.400 efectivos militares, apoyados por aeronaves, vehículos blindados y artillería pesada, iniciaron una ofensiva para recuperar el control de El Plateado. Hasta ahora, la operación resultó en la captura de dos presuntos miembros de las disidencias y la incautación de armas y explosivos, según informó la Tercera División del Ejército; sin embargo, la consolidación del control territorial aún enfrenta importantes desafíos, dada la complejidad de la situación en la zona.

El Plateado, ubicado en el Cañón del Micay, fue un bastión estratégico para los grupos armados ilegales, que utilizan la región como corredor para el tráfico de drogas hacia la costa del Pacífico. La recuperación de este territorio es una prioridad tanto para el Gobierno como para las Fuerzas Armadas, pero el enfoque militar fue objeto de debate, especialmente en una administración que aboga por un enfoque integral y de paz en la solución del conflicto.