El crecimiento de la población mayor de 60 años en Medellín y el área metropolitana representa un desafío significativo para las políticas públicas. Actualmente, el 17,3% de los habitantes, unas 458.000 personas, pertenecen a este grupo etario.
Este fenómeno se observa globalmente y está impulsado por la reducción de nacimientos, destacándose en Antioquia una disminución de nacimientos entre 2022 y 2023 de 17.201 personas (25,7%), y en Medellín, de 18.648 personas (53,04%).
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Este envejecimiento acelerado exige replantear las condiciones económicas y sociales, y consolidar programas de atención efectivos para esta población.
Aunque la Alcaldía de Medellín ha incorporado a unos 120.000 adultos mayores en programas de bienestar, la previsión de que este número ascienda a 610.753 personas en la próxima década añade presión a un sistema que aún enfrenta consecuencias de gestiones pasadas, marcadas por denuncias de malas prácticas en instituciones de cuidado como la Colonia Belencito.
Medellín enfrenta un desafío significativo en la atención a sus adultos mayores más vulnerables, con solo 15 centros de protección distribuidos en nueve comunas, según la Secretaría de Inclusión Social.
Estos centros, financiados por recursos del presupuesto participativo y ordinarios, así como por la estampilla del Adulto Mayor, buscan atender a personas mayores en situaciones de riesgo, especialmente aquellas sin una red de apoyo familiar o social.
Desde abril de 2022, han surgido denuncias que cuestionan la idoneidad del operador encargado de estos programas de atención. Se alega que los pliegos de condiciones habrían sido manipulados para excluir a muchos competidores de las licitaciones, favoreciendo a un solo consorcio al que se le habrían adaptado los requisitos.
En 2024, Catalina María Arboleda, directora técnica de Amautta, un programa de la Alcaldía de Medellín, informó que, a pesar de los esfuerzos por aumentar la cobertura, muchos adultos mayores continúan en lista de espera. Este programa es responsable de la atención de las personas mayores dentro de la Secretaría de Inclusión Social.
Un ejemplo del abandono de adultos mayores en Medellín
María Rosmira Cano, una adulta mayor que vivía en el barrio San Benito de Medellín, fue víctima de un violento asalto en la calle. La agresión la dejó aturdida y con un pie lesionado, según el informe de las autoridades.
La Policía que patrullaba la zona la encontró y la trasladó de inmediato a la Clínica León XIII para recibir atención médica. A pesar de ser estabilizada por el personal de salud, la situación de María Rosmira reflejó un problema más amplio que afecta a muchos adultos mayores en la ciudad: el abandono.
Sin más pertenencias que su cédula y con los primeros signos de Alzheimer, María Rosmira, quien se ganaba la vida como recicladora en los alrededores del Parque Lleras en El Poblado, había perdido contacto con su pasado y con las personas que alguna vez conoció.
El personal médico de la clínica, al ver la falta de familiares o conocidos que pudieran hacerse cargo de ella, inició una búsqueda para encontrar a alguien que pudiera preocuparse por su bienestar.
Sin embargo, solo lograron contactar a un sacerdote de una parroquia en el corregimiento de San Sebastián de Palmitas, quien recordaba haberla visto en misa, pero no tenía información sobre sus familiares.
Ante la falta de alguien que pudiera tomar decisiones por María Rosmira, la clínica se comunicó con la Secretaría de Inclusión Social de Medellín. Pero la entidad informó que no había cupos disponibles en sus centros gerontológicos, que ya estaban saturados.
En medio de esta situación, apareció José, un gerontólogo y director de un hogar geriátrico, quien fue contactado por las trabajadoras sociales que conocieron el caso de María Rosmira. Al ver su estado de vulnerabilidad y soledad, José decidió trasladarla a su centro geriátrico. Para cubrir sus gastos de manutención, recurrió a rifas y benefactores.
Este caso pone de manifiesto la situación crítica de muchos adultos mayores en Medellín, quienes enfrentan el abandono y la falta de recursos para su cuidado. La historia de María Rosmira es solo un ejemplo de una problemática que requiere atención urgente y soluciones efectivas para garantizar el bienestar de esta población vulnerable.