Suministro de agua en Bogotá está gravemente amenazado: Carlos Fernando Galán advirtió que el embalse de Chuza está al 33% de su capacidad

En medio de una prolongada sequía que afecta a Bogotá, el sistema de embalses Chingaza muestra signos de recuperación, aunque aún persiste el racionamiento de agua en la capital colombiana.

Según Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, el embalse de Chuza se encuentra al 33% de su capacidad, mientras que el de San Rafael está al 73%. Estos niveles son críticos, ya que el sistema está a poco más de un 7% de alcanzar el temido “día 0″, cuando el suministro de agua podría agotarse.

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El alcalde de Bogotá, junto a diversos organismos de control, realizó una inspección exhaustiva al embalse de Chuza para evaluar de primera mano la situación. Durante su recorrido, que incluyó un sobrevuelo al embalse, Galán observó los efectos de la sequía en la región y destacó la necesidad de mantener las medidas de ahorro de agua.

“Los últimos meses han sido atípicamente secos”, subrayó el alcalde, quien también afirmó que es urgente coordinar esfuerzos para garantizar el suministro de agua en el futuro. “Estamos evaluando las medidas actuales y aquellas planeadas para el mediano y largo plazo”, agregó.

La inspección al embalse de Chuza también incluyó la visita al pozo de Compuertas, que transporta agua a la planta Wiesner en La Calera. Este complejo proceso culmina en la distribución del líquido vital a miles de usuarios en el área metropolitana.

Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), enfatizó la colaboración con los órganos de control, destacando la importancia de planificar estrategias adecuadas para asegurar el acceso al agua en el contexto de la ciudad.

A pesar de las lluvias recientes en la ciudad, las autoridades ambientales han señalado que estas no han sido suficientes para revertir la tendencia de descenso en los niveles de los embalses.

Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR), explicó que las precipitaciones han sido más intensas en el área urbana de Bogotá, pero no en las zonas donde se encuentran los embalses.

La situación actual ha llevado a las autoridades a considerar la posibilidad de declarar un desastre en la capital, lo que resalta la gravedad del problema.

Ante esto, el alcalde Galán hizo un llamado a la ciudadanía para que tome conciencia sobre el uso responsable del agua, enfatizando la necesidad de unidad en estos momentos críticos. “Bogotá nos necesita unidos”, afirmó, instando a los habitantes a colaborar en la conservación del recurso.

Gustavo Petro y Carlos Fernando Galán han decidido no declarar aún un estado de emergencia por el desabastecimiento de agua en Bogotá, a pesar de la crisis hídrica que enfrenta la ciudad.

En una reunión realizada el 9 de octubre en la Casa de Nariño, ambos líderes discutieron la situación junto a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Carlos Carrillo, entre otros funcionarios.

La sequía prolongada y los bajos niveles de los embalses han puesto en alerta a las autoridades, quienes consideran medidas para mitigar el impacto.

Durante el encuentro, se evaluaron diversas estrategias para enfrentar la crisis, como el aprovechamiento de las lluvias y la reutilización de aguas pluviales. Según la ministra Muhamad, se discutieron alternativas con el Acueducto de Bogotá y la Secretaría de Ambiente, incluyendo el uso de la planta de tratamiento del Salitre para fines no potables.

Además, se planteó la posibilidad de ampliar la concesión de captación de agua para el agregado norte, con la autorización de la Corporación Autónoma Regional a mediano plazo.

Para aliviar esta situación, se busca agilizar las obras en el sistema de Tibitoc. A pesar de la gravedad del panorama, el alcalde Galán afirmó que se evaluará la situación durante los próximos meses, considerando que las lluvias podrían disminuir en el futuro cercano.

Por su parte, Carlos Carrillo indicó que el Comité Nacional para el Conocimiento del Riesgo abordará el tema para buscar soluciones efectivas. Aunque la declaración de emergencia no se ha descartado por completo, se considera como una opción que será evaluada en función de su justificación e implicaciones.