En Colombia, las jornadas del Día sin IVA implementadas entre 2020 y 2022 generaron un aumento significativo pero efímero en el consumo de productos exentos de este impuesto, según un estudio del Banco de la República. La investigación reveló que, aunque las ventas de estos artículos crecieron hasta un 17% durante los días de exención, el efecto fue transitorio y no se tradujo en un impacto económico duradero.
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El Día sin IVA fue una medida adoptada por el gobierno colombiano para mitigar los efectos económicos de la pandemia de Covid-19. La iniciativa buscaba facilitar el acceso a ciertos bienes para las familias afectadas económicamente y estimular el consumo y la actividad empresarial. Sin embargo, el estudio del Banco de la República indicó que el incremento en las compras se concentró en los días de exención, mientras que en los meses previos y posteriores, las ventas de estos productos disminuyeron.
Los productos beneficiados por la exención del IVA incluían categorías como vestuario, electrodomésticos, computadores, equipos de comunicaciones, juguetes y útiles escolares, entre otros. Estos no formaban parte de la “canasta familiar” básica, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. El análisis del Banco de la República también mostró que los precios de los bienes exentos experimentaron una reducción temporal de entre 3% y 6%.
El estudio comparó los efectos de los días sin IVA en Colombia con experiencias similares en otros países, principalmente desarrollados. Se observó un fenómeno de sustitución intertemporal, donde los consumidores adelantaron sus compras a los días de exención, lo que provocó una caída en las ventas en los meses adyacentes.
A pesar de los resultados positivos en términos de consumo durante los días de exención, el informe destacó que los efectos no fueron significativos para los bienes no exentos. Además, se identificaron desafíos en la implementación de la medida, como la proximidad de las fechas de las jornadas en algunos años, lo que podría haber complicado las decisiones de compra de los hogares.
El impacto económico de las jornadas del Día sin IVA fue considerable en términos de ventas totales, alcanzando un promedio de más de 8 billones de pesos, según cifras de Fenalco. De este total, aproximadamente 1,2 billones correspondieron a productos exentos de IVA.
En el contexto actual, la discusión sobre la reactivación de los días sin IVA ha resurgido en Colombia. Sin embargo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, expresó preocupaciones sobre la efectividad de la medida para beneficiar a los consumidores y su alto costo fiscal, además de cuestionar su impacto en la cultura tributaria del país.
Opiniones divididas
Por una lado, Fenalco ha expresado en varias oportunidades su descontento con la decisión del presidente Gustavo Petro de objetar la ley que proponía la reintroducción de los días sin IVA en Colombia. Según el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Jaime Alberto Cabal, esta medida es “lamentable y equivocada”, ya que los días sin IVA habían permitido a miles de hogares de diferentes estratos acceder a bienes que, de otro modo, serían inalcanzables.
La objeción del gobierno se basa en razones de inconstitucionalidad e inconveniencia. Esta decisión ha sido criticada por Fenalco, que argumenta que los días sin IVA beneficiaron a los sectores más ricos e impulsaron las ventas en comercios y centros comerciales de estratos más bajos, como los 1, 2 y 3, y en ciudades intermedias y pequeñas.
Fenalco también ha señalado que la afirmación de que los días sin IVA solo favorecen a los importadores ignora el hecho de que una parte significativa del mercado de electrodomésticos, uno de los productos más vendidos durante estas jornadas, es fabricada por industrias nacionales. Además, la industria nacional también abastece en gran medida la demanda de vestuario y calzado.
En términos económicos, Fenalco ha destacado que durante las jornadas de días sin IVA, las ventas alcanzaron un promedio de $8 billones y $271 millones, con un incremento de aproximadamente $4 billones por día. De este total, el 30% correspondió a productos exentos de IVA, mientras que el resto, $2,8 billones, fueron productos no exentos. Esto resultó en un recaudo promedio de IVA de $532.000 millones por día, lo que, según Fenalco, compensa el costo fiscal de los $148.333 millones reportados por la Dian.
Por otro lado, la propuesta de eliminar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) no fue respaldada por estudios sólidos sobre su impacto en las finanzas públicas. Se argumenta que benefició principalmente a ciertos comerciantes e importadores, especialmente aquellos que manejan productos tecnológicos de origen asiático.
La iniciativa de los días sin IVA fue introducida durante el gobierno anterior como una estrategia para reactivar la economía en medio de la pandemia. Sin embargo, esta política fue criticada por ir en contra de las recomendaciones de expertos en economía y finanzas, que advirtieron sobre su efecto negativo en la recaudación fiscal. Además, se señaló que la medida no logró su objetivo de manera efectiva, ya que no se tradujo en un aumento significativo de ingresos para las familias, sino en un incentivo al gasto.
El proyecto de ley que buscaba institucionalizar los días sin IVA fue impulsado por algunos congresistas, quienes argumentaron que permitiría a los colombianos adquirir productos a precios más bajos. No obstante, la falta de un análisis riguroso sobre el impacto económico y fiscal de esta medida fue un punto de crítica.
Otro aspecto polémico fue la falta de supervisión por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio sobre las prácticas de precios de las tiendas y supermercados. Se recibieron numerosas quejas de consumidores que denunciaron aumentos de precios previos a las jornadas de descuentos, especialmente en el sector tecnológico, lo que generó desconfianza en la efectividad de la medida.
El exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, eliminó los días sin IVA en la primera reforma tributaria de su gestión, calificándolos de innecesarios y perjudiciales para la economía. Según su análisis, estas jornadas no solo afectaban la recaudación de impuestos, sino que distorsionaban el mercado al favorecer a ciertos sectores comerciales.