Así cayeron dos mujeres que reclutaban jóvenes para ser explotadas sexualmente en Corea del Sur

Las mujeres colombianas abusadas no recibían pago y enfrentaban peores castigos si se resistían

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La Dirección de Investigación Criminal desmantela compleja red de tráfico entre Colombia y Asia - crédito iStock
La Dirección de Investigación Criminal desmantela compleja red de tráfico entre Colombia y Asia - crédito iStock

La Policía Nacional, a través de su Dirección de Investigación Criminal, desmanteló una red delictiva que se dedicaba al tráfico de personas entre Colombia y países asiáticos. En una reciente operación, capturaron a dos mujeres señaladas de ser parte de esta organización, quienes fueron puestas a disposición de un juez. Según el expediente judicial, el grupo delictivo tenía como método principal el reclutamiento de sus víctimas en las calles de ciudades como Medellín y Bogotá. Las mujeres eran atraídas con la promesa de trabajos en el extranjero que ofrecían sueldos elevados y la posibilidad de una vida estable.

Una vez convencidas, la organización se encargaba de tramitar la documentación necesaria para su traslado. El destino era Incheon, una de las ciudades más grandes de Corea del Sur. Sin embargo, al llegar a ese lugar, las víctimas se enfrentaban a una realidad completamente distinta a la que les habían prometido, donde comenzaba un calvario que las mantenía bajo control de la organización.

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Mujeres capturadas eran llevadas a Incheon, Corea, con falsos trabajos - crédito Migración Colombia
Mujeres capturadas eran llevadas a Incheon, Corea, con falsos trabajos - crédito Migración Colombia

La investigación, que contó con el respaldo de la Fiscalía General de la Nación, reveló que las mujeres eran forzadas a soportar abusos constantes y a prostituirse en establecimientos disfrazados de karaokes. “Eran sometidas a diferentes vejámenes y obligadas a ejercer la prostitución en locales de lenocinio”, describió uno de los apartados clave del informe policial. A pesar de la explotación a la que eran sometidas, las víctimas no recibían ninguna compensación económica; por el contrario, se les imponían multas si no cumplían con las demandas de sus captores o si se negaban a realizar los servicios sexuales.

Las condiciones de estas mujeres empeoraban con el tiempo. Según las autoridades, la situación se tornaba aún más grave si alguna de las víctimas quedaba embarazada: “Si las víctimas se encontraban en estado de gestación, eran obligadas a abortar”, recogió otro pasaje de la investigación. Además, las amenazas no se limitaban a ellas; sus captores les advertían sobre posibles represalias contra sus familias en Colombia, incrementando el temor y la desesperación que vivían diariamente.

La Dirección de Investigación Criminal logró identificar y capturar a dos presuntas integrantes clave de una organización dedicada al tráfico de personas. Conocidas como alias Camila y La Paisa, estas mujeres desempeñaban roles fundamentales en este esquema delictivo. Camila fue arrestada en el barrio Robledo de Medellín, donde se había ganado la reputación de ser la encargada de reclutar a las víctimas en el Valle de Aburrá. Por su parte, La Paisa, localizada en Soacha, tenía la responsabilidad de gestionar la logística de esta red criminal.

Las víctimas enfrentaron explotación sin remuneración en karaokes - crédito Sergi Rugrand/EFE
Las víctimas enfrentaron explotación sin remuneración en karaokes - crédito Sergi Rugrand/EFE

Durante la diligencia de registro en la vivienda de La Paisa, las autoridades hallaron un arsenal de evidencias que apuntaban a su implicación en actividades ilegales. Se descubrieron 25 documentos, que incluían facturas, agendas y pasaportes, lo que sugiere una operación bien organizada. Además, se encontró un dispositivo de grabación digital, que pertenecía a las cámaras de seguridad, así como 17 cartuchos de calibre nueve milímetros, evidencias que ponen de manifiesto la gravedad de este entramado criminal y su capacidad para llevar a cabo sus actividades delictivas.

Las dos mujeres enfrentaron un proceso judicial por los delitos de trata de personas y la fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego. Como resultado, se les impuso una medida de aseguramiento que las envió a un centro carcelario, donde permanecerán mientras se lleva a cabo el procedimiento legal correspondiente.

El coronel Edwin Masleider Urrego, director de la Dijín, informó que también se emitió una notificación azul en contra de alias Katherin - crédito @DirectorPolicia/X
El coronel Edwin Masleider Urrego, director de la Dijín, informó que también se emitió una notificación azul en contra de alias Katherin - crédito @DirectorPolicia/X

El coronel Edwin Masleider Urrego, director de la Dijín, informó que también se emitió una notificación azul en contra de alias Katherin. Esta última era la persona responsable de recibir a las víctimas en el país, lo que la convierte en una figura clave dentro de la organización. Su captura se suma a los esfuerzos de las autoridades para desmantelar esta red de trata de personas y llevar a sus miembros ante la justicia.

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