“Unidos por el agua” es un programa que tiene como objetivo que en el presente cuatrienio más de 50.000 familias de Medellín tengan acceso al agua potable y a saneamiento básico. Empresas Públicas de Medellín (EPM) junto a la Administración distrital, relanzaron esta iniciativa en el barrio 8 de Marzo, ubicado en la ladera oriental de la ciudad.
“Esto es un sueño. Conectar a una familia al agua potable es hacer una conexión a la vida. Solo en este sector, en la comuna 9, en el barrio 8 de Marzo, estamos conectando a muchos hogares que no tienen agua potable ni alcantarillado. Esto es romper barreras, llegar con oportunidades para la gente. Y no solo es llegar con el agua, es con mejoramiento de vivienda, que es la siguiente fase, la titularización para muchas familias, porque todas estas zonas fueron de invasión”, aseguró el alcalde Federico Gutiérrez.
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El programa tuvo su origen durante la primera administración del mandatario local, entre 2016 y 2020. El distrito y EPM abastecerán a las personas de escasos recursos con este servicio vital, ya que durante años lo hicieron por medio de redes artesanales, motivo por el que el agua llega a las viviendas en condiciones que no son aptas para el consumo.
“Es un proyecto que para este cuatrienio son 50.000 viviendas, con una inversión de más de $350.000 millones. Esto lo hacemos con la coordinación y la compañía del Distrito de Medellín en los cuales vamos a tener esta cobertura en los próximos cuatro años y esperamos poder llegar a las zonas de más dificultad que tenemos hoy”, indicó el gerente general de EPM, John Maya Salazar.
Durante el presente año, 2.898 hogares ya fueron beneficiados por el programa: se construyeron 11 kilómetros de redes de acueducto y 4.5 kilómetros de redes de alcantarillado. En los barrios 8 de Marzo y Brisas de Oriente, en la zona centro oriental, se calcula que 234 familias tengan su acueducto y alcantarillado propio.
La entidad, actualmente, adelanta obras en los barrios de Altos de la Virgen, El Faro, 8 de Marzo, San José la Cima, Tanque Santa Elena, Blanquizal, La Cruz (sector El Hoy), Buenavista, Aguas Frías, La Esperanza y Loma Hermosa.
“En ese tiempo teníamos un promedio de inversión del orden de $1.500.000 por vivienda, hoy puede subir hasta $10.000.000 o $12.000.000 por el grado de dificultad, pero es un compromiso y una meta que tenemos en EPM de aportar para el desarrollo, el bienestar, la calidad de vida de todas nuestras comunidades y, por eso, EPM está haciendo este relanzamiento”, finalizó el gerente general.
Benedicta Úsuga, una mujer de 68 años de edad, que vive en el barrio desde hace más de 20 años, le comentó al alcalde Gutiérrez la forma en la que ha tenido que subir y bajar escaleras con un recipiente a cuestas a lo largo de los años para trabajar y vender sus conocidos bolis de fruta.
“Me siento muy feliz porque ya no tendré que comprar agua, porque la voy a tener en mi propia casa. Alcalde, le cuento que una noche me desperté con mucha sed y me tocó beber del agua que llegaba producto de una conexión que un vecino que ya murió nos hizo. Esa agua que proviene de la quebrada Santa Elena; obviamente, no es agua potable. Me dio un cólico muy fuerte que casi me mata”, dijo.
La iniciativa evitará que los habitantes de los barrios tengan que abastecerse de una red improvisada que frecuentemente sufre daños y lleva el agua en malas condiciones.