Mujeres contaron los horrores de la explotación sexual y de la prostitución en Antioquia: “Hizo de mí lo que quiso”

Madres, jóvenes y mujeres involucradas en este delito instaron o engañaron a las víctimas para que fueran abusadas sexualmente

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Una de las víctimas fue agredida sexualmente cuando tenía ocho años - crédito Alcaldía de Medellín, Getty Images y Sergio Acero/Colprensa
Una de las víctimas fue agredida sexualmente cuando tenía ocho años - crédito Alcaldía de Medellín, Getty Images y Sergio Acero/Colprensa

Medellín es una de las ciudades de Antioquia que más genera preocupación por la seguridad de los niños, niñas y adolescentes. Pues, las autoridades han dado con varios extranjeros que llegan a la capital antioqueña para violar a menores de edad que son explotadas sexualmente. Esta situación puso en alerta al mismo alcalde Federico Gutiérrez, que ha estado tomando medidas para evitar la vulneración de los derechos de los niños y niñas.

Sin embargo, la problemática no es propia de Medellín ni tampoco salpica únicamente a los turistas. Hay reportes de casos en otros municipios y las víctimas contaron sus testimonios. Estos quedaron registrados en una investigación de Estefanía Carvajal, María Isabel Naranjo y Laura Almanza, en Universocentro, plasmadas en el texto Historias de una vieja práctica. Las historias muestran la crudeza de la violencia sexual ejercida sobre niñas que, mediante engaños, o por el contexto en el que vivían.

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“Usted aquí viene es a trabajar”

Una de las víctimas es Alejandra, una mujer de 35 años que, siendo menor de edad, fue obligada a prostituirse durante años y la responsable, en principio, fue su propia madre. “Yo tenía ocho cuando eso. Lo que pasa es que mi mamá me vendió a una cierta persona que se encargaba de manejar una casa de prostitutas de alto nivel. Era en Itagüí; todo muy reservado”, contó la sobreviviente.

Niñas cayeron en una red de explotación sexual siendo engañadas. Pensaron que aprenderían de peluquería - crédito Fernando Vergara/AP
Niñas cayeron en una red de explotación sexual siendo engañadas. Pensaron que aprenderían de peluquería - crédito Fernando Vergara/AP

En ese entonces, las niñas y adolescentes que llegaban tenían entre ocho y 15 años. De hecho, la regla era que todas fueran menores de edad. Sin embargo, después de cumplir los 15 años, las echaban, porque eran consideradas obsoletas.

Alejandra llegó a ese lugar con mentiras. Pensó que allí la cuidarían temporalmente y que aprendería algún oficio para salir adelante, como manicura o peluquería. “No tenía ni idea sobre lo que me iban a hacer”, confesó. Cuando se enteró de que iba a ser explotada sexualmente, le dijeron que tenía que poner a producir sus partes íntimas: “Usted aquí viene es a trabajar y a sacarle producto a la mina que tiene dentro de las piernas”, aseguraron. Allí permaneció hasta los 10 años, pero siguió involucrada con la prostitución hasta los 15 años.

Las víctimas de violencia sexual suelen sentirse sucias y mal con su cuerpo - crédito Colprensa
Las víctimas de violencia sexual suelen sentirse sucias y mal con su cuerpo - crédito Colprensa

Camila, por su parte, fue violentada sexualmente, por primera vez, a los 14 o 15 años (ahora tiene 18). “Nunca se me olvida”, aclaró. Llegó a ese mundo por una joven que le aseguró que un hombre se había fijado en ella. “Él era un viejo. Pero ella me decía: ‘Él quiere estar con usted, a él ni se le para el pipí. Vaya, que no le van a hacer nada’”, afirmó.

Esa primera experiencia la dejó marcada. Se sintió sucia y, en consecuencia, se bañó dos o tres veces para eliminar esa sensación.

“Busqué rechazarlo mucho, pero no pude”

En Cañasgordas, Antioquia, siendo 1918, María de los Ángeles, de 14 años, fue violada por un hombre llamado Juan Cansio Correa. En el reporte de su caso, la víctima contó que ese sujeto había intentado agredirla sexualmente en una ocasión. Luego, volvió y cumplió con su cometido. “Me cogió por la fuerza e hizo de mí lo que quiso, sin que yo quisiera. Busqué rechazarlo mucho, pero no pude. Él triunfó con su fuerza”, expresó.

Contó lo ocurrido a su madre, pero ella hizo caso omiso. Desde ese momento, fue prostituida y su madre sirvió para permitir los abusos, pero no sol con ella, sino con su hermana. “Cada vez que uno de estos individuos nos solicita, de día o de noche, mi madre lo manda donde nosotras nos hallamos, se sale del interior de la casa y, cuando acabamos, vuelve”, precisó.

Madres de familia sometieron a sus hijas a la explotación sexual - crédito @heidy_up/X
Madres de familia sometieron a sus hijas a la explotación sexual - crédito @heidy_up/X

“Vamos a jugar a que yo soy tu papá”

Otra mujer llamada Alejandra, que ahora tiene 35 años, ha sido explotada sexualmente y ha ejercido la prostitución, por lo que ha tenido que enfrentarse a diferentes momentos violentos y aterradores: “Nadie se alcanza a imaginar lo difícil que es”, sostuvo.

Varios hombres con dinero la han buscado y han llegado con peticiones que involucran la comisión de un delito contra menores de edad. “Le dicen a uno: ‘Mira, vamos a jugar a que yo soy tu papá y tú eres mi hija, es un juego sádico para terminar en la cama. Entonces vas a recibir golpes como normalmente los recibe una niña’”, relató.

Ese tipo de “clientes” abundan en Medellín, el lugar que, según la mujer, muchos catalogan como “la ciudad del vicio y las prostitutas baratas”.

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