Marco Antonio Martínez Gómez, exjefe de compras y almacén de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Zipaquirá, ha sido acusado formalmente por la Procuraduría General de la Nación por abuso sexual a una de sus compañeras de trabajo.
Los hechos habrían ocurrido en marzo de 2021, cuando la mujer ingirió una bebida suministrada por el acusado, que contenía sustancias psicoactivas y le limitaron su capacidad de respuesta ante cualquier situación. Este hecho habría sido aprovechado por Martínez para cometer el acto violento.
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En el momento en que se conocieron los hechos, la víctima, que se desempeñaba en el área de servicios generales de la empresa, fue trasladada al hospital La Samaritana de Zipaquirá, donde no recibió la debida atención médica, según denunció su familia. Por esa razón, fue llevada a la clínica del municipio de Chía, donde después de practicarle varios exámenes médicos se comprobó que tenía rastros de abuso sexual y violencias físicas.
La entidad informó lo siguiente: “La Provincial de Instrucción de Zipaquirá indicó que en marzo de 2021, al parecer, el entonces funcionario le dio a la mujer un par de bebidas alcohólicas, lo que la dejó sin capacidad de resistir física y emocionalmente, y sin posibilidad de valerse por sí misma, momento en el cual habría aprovechado para accederla carnalmente”, explicó.
El hombre habría abandonado su puesto de trabajo meses después de cometer el abuso, situación que fue ratificada por el ente regulador: “El Ministerio Público señaló que Martínez pudo haberse apartado de su deber funcional al incurrir en conductas no relacionadas con sus responsabilidades y roles asignados en la empresa, vulnerando los derechos a la libertad e integridad sexual de su compañera”.
Tuvieron que pasar más de tres años y siete meses para que se pudiera comprobar la culpabilidad de este hombre en el delito a pesar de haber presentado el suficiente material probatorio para el caso. Al parecer, en su momento el acusado tergiverso algunas pruebas y testimonios que lo habría dejado fuera del proceso por algún tiempo.
La Procuraduría ha calificado los hechos como una falta gravísima, al considerar que la conducta presuntamente cometida fue a título de dolo. A pesar de haberle formulado cargos y continuar con el debido proceso, el agresor sigue gozando de su libertad y la afectada sólo espera que se haga justicia.
Mujer atacada a disparos en motel de Bogotá por uniformado de la Policía alcanzó a enviarle mensaje a su hijo
El pasado 7 de septiembre, un intento de feminicidio conmocionó a la localidad de Kennedy en Bogotá, cuando un oficial de la Policía disparó contra Paola Peña y su acompañante en el interior de un motel. El agresor, Jhon Jairo Acuña, quien afirmaba ser pareja sentimental de Carreño, se quitó la vida tras el ataque, según reveló Carreño en una entrevista para el podcast “Más allá del silencio” de Rafael Poveda.
Durante el ataque, Peña recibió varios disparos en el rostro, mientras que su acompañante fue herido en el hombro. En medio de la angustia, la mujer intentó comunicarse con su hijo mayor para pedir ayuda y encargarse del cuidado de sus otro hijo y su madre, una información que hasta ahora no había sido divulgada. En su relato, Carreño expresó la desesperación de esos momentos, cuando intentó enviar un mensaje de voz a su hijo, pero solo pudo decir “hijo, ven” antes de perder la capacidad de hablar.
Este incidente ha puesto de manifiesto la violencia de género que persiste en la sociedad, y el relato de Carreño ofrece una visión desgarradora de las secuelas emocionales y físicas que dejan estos actos.