En el municipio de Rionegro, Antioquia, se registró un nuevo caso de intolerancia que culminó en un desenlace fatal que generó alerta entre todos los habitantes del sector, teniendo en cuenta que estuvo relacionado con un reclamo.
El hombre fue identificado como Jorge Rafael Cueto Ávila, de 35 años, oriundo de Cartagena, que fue asesinado después de pedirle a sus vecinos que bajaran el volumen de la música y los gritos durante una fiesta que estaban adelantando en el sector.
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Este hecho ocurrió en la madrugada del domingo en el sector Altos de la Represa, ubicado en la vereda Barro Blanco, donde una familia estaba llevando a cabo una celebración demasiado escandalosa, por lo que los vecinos se mostraron afectados.
De acuerdo con lo informado por las autoridades, Jorge Rafael se mostró molesto por el ruido que le impedía dormir, así que salió de su casa para solicitar a los asistentes de la fiesta que redujeran el volumen de la música.
Sin embargo, la situación se tornó violenta, debido a que Cueto, en un intento de intimidar a sus vecinos, decidió sacar un cuchillo. Al recibir el violento reclamo, dos de los participantes de la fiesta lo atacaron hasta causarle heridas mortales con un arma blanca.
A pesar de ser trasladado rápidamente a un centro médico, el sujeto que hizo el reclamo falleció antes de recibir atención del personal de salud, por lo que se confirmó su muerte en la madrugada del domingo 6 de octubre de 2024.
En cuanto a los responsables del homicidio de Cueto, se confirmó que las autoridades ya los identificaron y están avanzando en su búsqueda para que respondan ante la ley por este violento acto que opacó su propia celebración.
Este nuevo acto de violencia eleva a 27 el número de homicidios registrados en Rionegro en lo que va corrido del año. Una cifra que, aunque alta, representa tres casos menos que en el mismo periodo del año anterior, según datos revelados por la Policía de Antioquia.
Como respuesta a este tipo de casos, las autoridades locales dieron a conocer que están trabajando en estrategias que permitan gestionar los niveles de ruido, especialmente en el Valle de Aburrá, donde el 32% de los barrios presenta niveles nocivos de ruido, principalmente debido a establecimientos como discotecas y reuniones en viviendas como la que cobró la vida de Jorge Rafael Cueto Ávila.
Este caso se suma a otro similar ocurrido en Medellín el 12 de mayo de 2024. En ese momento, Gilberto de Jesús Alzate García, de 48 años, también perdió la vida después de pedir a sus vecinos que bajaran la música, convirtiéndose en un preocupante patrón de intolerancia en la región.
Ante el nuevo caso registrado, los habitantes del sector y otros internautas se mostraron molestos por la reacción de los uniformados, asegurando que no atienden sus llamados y por eso la gente intenta tomar justicia por mano propia: “Y la Policía le tiene miedo a los pillos de los barrios, por más que uno llame a pedir apoyo, jamás aparecen”, dijo uno de los usuarios de la red social X, antes conocida como Twitter, donde se difundió ampliamente el caso.
Incluso, hubo algunos que aprovecharon para apoyar la justicia por mano propia y criticar a aquellos que se toman las calles con el ruido: “La gente va a empezar a hacer lo que las autoridades no” y el representante a la Cámara por Antioquia Daniel Carvalho dijo que esta es una “Terrible noticia. Las autoridades siguen dejando solos a los ciudadanos en la gestión del ruido. La gente no encuentra respuestas en las alcaldías ni en la policía”.