En una intervención realizada el 7 de octubre de 2024, durante la posesión de la magistrada del Consejo de Estado, Elizabeth Becerra, el presidente Gustavo Petro abordó los señalamientos de que su Gobierno busca cambiar la Constitución de 1991.
Petro, en un discurso extenso y reflexivo, respondió a las críticas afirmando que su intención no es modificar la Carta Magna, sino profundizar en su aplicación real para transformar el país.
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A lo largo de su intervención, el mandatario realizó un análisis histórico sobre la creación de la Constitución de 1991, en el que cuestionó su implementación y advirtió sobre los desafíos que enfrenta Colombia para construir un verdadero Estado Social de Derecho.
Petro comenzó su discurso recordando el contexto histórico en el que se gestó la Constitución de 1991, pues aseguró que esta surgió como una respuesta a la necesidad de cambios profundos en la estructura política y social del país, y con la que se buscaba dejar atrás la Constitución de 1886, que había regido durante un siglo.
“Nosotros derogamos la Constitución de 1886 y eso no significa, ni más ni menos, que un cambio de mentalidad completo, una revolución conceptual”, afirmó el presidente.
El mandatario defendió la Constitución de 1991 como un instrumento transformador diseñado para promover la democracia participativa y la construcción de un Estado de derecho; sin embargo, criticó que desde su promulgación, los gobiernos de la década de los 90 no lograron implementar de manera efectiva los principios establecidos en la nueva carta política.
Al respecto, el primer mandatario aseguró: “Porque una vez se hizo la Constitución, toda la década de los 90 fue de la peor gobernanza paramilitar en el país”.
Petro argumentó que la falta de implementación de la Constitución se debió a lo que él describió como una “contra Constitución real” en gran parte del territorio colombiano.
Esta, según el mandatario, estuvo marcada por la gobernanza paramilitar, una alianza entre el poder político local y el narcotráfico que creó un control dictatorial basado en el terror.
“Eso no tiene nada que ver con el Estado Social de derecho que ordenó la Constitución del 91″, subrayó el presidente, que también señaló que esta realidad fue contraria a los principios de libertad y democracia consagrados en la Carta Magna.
En este contexto, Petro explicó que su objetivo no es cambiar la Constitución de 1991, sino hacerla efectiva en la realidad cotidiana del país.
“Se me acusa de que yo quiero cambiar la Constitución del 91, yo lo que quiero es profundizarla y volverla real”, enfatizó.
Para el presidente, muchos de los principios fundamentales de la Constitución, como la democracia participativa y los derechos sociales, han quedado en el discurso, sin llegar a materializarse en la práctica.
Durante su intervención, Petro también abordó temas de desigualdad social y violencia en Colombia, que, según él, son el resultado de una élite que ha mantenido el poder y los privilegios en sus manos, impidiendo el cumplimiento de los principios establecidos en la Constitución.
“Colombia (...) se ha convertido no solo en el país más violento, sino en el país de mayor desigualdad social del mundo”, afirmó el mandatario, señalando que esto contradice los valores de equidad que promueve la Constitución de 1991.
Uno de los momentos más duros de su discurso fue cuando Petro recordó el caso de los 6.402 jóvenes asesinados en el contexto de las ejecuciones extrajudiciales, también conocidas como “falsos positivos”, un crimen que calificó como uno de los peores actos cometidos contra la humanidad en América Latina en las últimas décadas.
Petro cuestionó cómo un país con una Constitución vigente pudo permitir estos crímenes. “Se nos ha olvidado, incluso, el episodio de los 6.402 jóvenes inocentes asesinados, ¿qué peor crimen contra la humanidad en las últimas décadas se ha cometido en América?”, cuestionó el primer mandatario.
El presidente también reflexionó sobre la falta de instituciones que garanticen la implementación efectiva de los principios constitucionales, afirmando que el Estado no ha sido capaz de proteger a sus ciudadanos, especialmente a los más vulnerables.
“Entonces, ¿cuántas miles de madres tienen que sufrir la desaparición? ¿Qué clase de justicia es esa?”, se preguntó el mandatario.
Petro cerró su discurso haciendo un llamado a no olvidar los crímenes y las injusticias que se han cometido en el país a pesar de tener una Constitución que, en teoría, debería garantizar los derechos de todos los colombianos.