El reciente encuentro entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, y el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso provocó una gran controversia en la esfera pública y política del país, ya que, la aparición conjunta de ambos en el coliseo Miguel “Happy” Lora de Montería (Córdoba), durante el acto de entrega de 11.000 hectáreas de tierras para la restitución, suscitó tanto elogios como fuertes críticas. En medio del debate, emergieron las declaraciones de María Fernanda Carrascal, representante a la Cámara, que respondió con firmeza a quienes criticaron el acto y la presencia del ex comandante paramilitar.
Con este encuentro, las críticas no tardaron en llegar, ya que, una usuaria de la red social X cuestionó la legitimidad de este encuentro y la aparente incongruencia del movimiento político de Gustavo Petro.
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La crítica apuntaba a los seguidores del presidente, al señalar una presunta doble moral: “Petristas odian a Claudia López/Robledo/Fajardo/otros rivales demócratas con rabia y... aplauden a Mancusos y otros paramilitares próximamente entronizados con furor. Así de mal están los puntos de referencia en política. Resultado del confusionismo introducido por Petro”.
Ante esta crítica, María Fernanda Carrascal, miembro de la Cámara de Representantes por el Pacto Histórico y firme defensora del proyecto político del presidente Petro, reaccionó sin demora. En sus declaraciones, la congresista recordó el pasado de Mancuso y la relación que los sectores políticos tradicionales tenían con los paramilitares.
En un mensaje en la misma red social, Carrascal señaló que en el pasado, durante el apogeo del paramilitarismo, se mantenían relaciones secretas con estos actores, lejos del escrutinio público y de espaldas al país: “En pleno esplendor criminal de Mancuso, quienes lo aplaudían estaban sentados en el Congreso de la República. Al paramilitarismo se le recibía en la ‘Casa de Nari’ por la puerta de atrás y de espaldas al país. Es completamente mezquino venir a cambiar los papeles y querer ocultar la historia”, declaró Carrascal.
Carrascal enfatizó que el encuentro actual tiene un propósito diferente: la búsqueda de la verdad, la reparación a las víctimas y la entrega de tierras. Destacó que el objetivo es garantizar que los crímenes del pasado no se repitan, y que el proceso de justicia y verdad permita conocer la magnitud de los daños causados por el paramilitarismo, algo que no pudo llevarse a cabo cuando el ex comandante paramilitar fue extraditado a Estados Unidos.
“Quienes hoy hacemos parte y/o apoyamos al proyecto político del presidente Petro, no aplaudimos a Mancuso, sino la posibilidad de que se sepa la verdad, de la entrega de tierras, de la reparación a las víctimas, de que no se vuelva a repetir”, afirmó Carrascal.
Además, resaltó que la extradición del ex jefe paramilitar por narcotráfico impidió que muchas de sus atrocidades fueran juzgadas y que el proceso de verdad y justicia quedara incompleto.
Gustavo Petro y Salvatore Mancuso: un encuentro que dividió a Colombia
Durante el evento, Salvatore Mancuso, ahora designado como “gestor de paz” por el Gobierno de Petro tras su liberación el 10 de julio, pidió perdón públicamente a las víctimas del paramilitarismo en Córdoba. En un discurso que presenció una audiencia de más de 3.000 personas, el ex jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) reconoció su responsabilidad en los crímenes cometidos por los grupos paramilitares que él lideró.
“Asumo la responsabilidad que me corresponde por tanto dolor, sufrimiento y lágrimas. Por el despojo de tierras, por los vejámenes a los que fueron sometidos a través de las órdenes que impartí a los hombres y mujeres que estuvieron bajo mi mando en las autodefensas”, afirmó Mancuso en el escenario.
Además, el gestor de paz reconoció la compleja relación histórica que tuvo con Gustavo Petro, pues lo describió como un antiguo opositor de las AUC en el Congreso, un actor dentro del conflicto armado y una víctima potencial de los paramilitares incluso después de su desmovilización: “un presidente que hizo parte del conflicto armado, que estuvo en la insurgencia, que fue víctima y objetivo militar de las autodefensas”.