La entrega de tierras del Gobierno en Córdoba ya tiene su primer escándalo: habrían entregado los predios a “foráneos”

Cuatro días después de que el presidente Gustavo Petro, en un acto público en Montería en el que participó hasta el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, anunciara con bombos y platillos la entrega de más de ocho mil hectáreas de tierras a los campesinos del departamento de Córdoba, el país ya conoce las primeras denuncias sobre presuntas irregularidades en el proceso.

De hecho, según información adelantada por El Colombiano, la finca La Argentina, que en otrora hizo parte del emporio del exparamilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, hoy es el centro de la disputa entre los campesinos del municipio de Buenavista y el Gobierno nacional.

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El primero de octubre, dos días antes de que el presidente hiciera la entrega oficial de las Tierras de la reconciliación, un grupo de campesinos de Buenavista se congregó en la finca La Argentina para expresar su descontento al conocer quiénes serían sus nuevos propietarios.

Según el medio regional, los manifestantes alegan que las tierras están siendo asignadas a personas ajenas a la comunidad, lo que ha generado tensiones en la región.

Durante el evento Tierras para la reconciliación, el presidente Gustavo Petro anunció la entrega de 8.430 hectáreas como parte de la reforma agraria, de las cuales 7.916 hectáreas pertenecieron a antiguos jefes paramilitares. Sin embargo, la entrega de la finca La Argentina ha sido particularmente controvertida, pues la Agencia Nacional de Tierras (ANT) inspeccionó el lugar a finales de septiembre y descubrió que el concejal David Jorge Márquez Chegne explotaba el terreno sin un contrato formal, según declaraciones de Felipe Harman, director de la ANT.

Justamente en la visita del Gobierno nacional para retomar el predio, que se hizo notar en el municipio de Buenavista por su aparición en una caravana de camionetas oficiales, fue el inicio de los inconvenientes entre el Ejecutivo y el campesinado.

Los habitantes, acompañados por líderes sociales y defensores de derechos humanos, intentaron dialogar con las autoridades para ser incluidos en la distribución de tierras, pues alegan ser víctimas del conflicto armado y del excabecilla paramilitar. Sin embargo, la situación se tensó cuando las fuerzas del orden intervinieron, dispersando a los manifestantes con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras, esfumando cualquier intento del Gobierno con los campesinos.

“Nosotros somos víctimas del conflicto y fuimos a ese lugar para que nos dieran una oportunidad. Una certeza de que verdaderamente vamos a tener un pedazo de tierra para cultivar. Pero nos atacaron, aunque nuestra protesta era pacífica”, señaló uno de los manifestantes a El Colombiano.

Además, la molestia incrementó cuando el presidente Petro compartió un video en sus redes sociales mostrando a un grupo de personas ingresando a la finca La Argentina, afirmando que su Gobierno entregaba esas tierras al campesinado.

“El campesinado de Córdoba entra a la finca “La Argentina” en Buenavista, que una vez fuera de “Macaco” y que de nuevo fue ocupada por políticos. Mi gobierno le entrega estas tierras al campesinado”, señaló el jefe de Estado.

Sin embargo, los habitantes del municipio sostuvieron a El Colombiano que las personas que se observan en las imágenes y que celebran la entrega de tierras no hacen parte del municipio de Buenavista, sino que llegaron en la caravana del Gobierno nacional.

“Los campesinos de esta región se enteran por terceras personas de que va a haber una entrega de tierras y que no los incluye a ellos. Obviamente, se sienten victimizados porque ya fueron atacados por un grupo armado, fueron victimizados por políticos de la región y ahora se sienten victimizados por el mismo gobierno de turno que entrega las tierras a personas desconocidas”, indicó al medio regional Alex Alberto Morales, representante los campesinos en Buenavista, Cauca.

Entretanto, la ANT afirmó que los manifestantes no eran originarios de la zona. Mientras tanto, la finca La Argentina permanece desocupada, y los campesinos de Buenavista continúan preocupados por la posibilidad de que personas externas se apropien de las tierras, lo que podría derivar en futuros conflictos.