Hipopótamo fue visto dándose un paseo por las calles de Doradal: para locales se habría convertido en el ‘pan de cada día’

Bastaron cuatro ejemplares de hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) y 40 años para que los avistamientos de esta especie, considerada la más peligrosa del continente africano, se volvieran el “pan de cada día” en el departamento de Antioquia, en cercanías al río Magdalena.

La segunda “herencia maldita” del zar de la cocaína se ha convertido en un problema “gordo” para las autoridades ambientales y los habitantes del departamento, quienes, por más fascinados que estén con su majestuosidad, corren un riesgo constante.

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Encontrarse con ellos en el camino es suficiente para que los hipopótamos se sientan asediados y ataquen. Sin embargo, los últimos dos avistamientos, ocurridos el primer fin de semana de octubre, no registraron víctimas. El primero tuvo lugar en el municipio de Doradal, donde un hipopótamo adulto fue visto paseándose por la vía, como “Pedro por su casa”.

“No, esos a uno no lo atacan... aquí no son bravos”, se escucha decir a la persona que realizó la grabación, aunque no podría estar más equivocada. El hipopótamo es conocido “por sus enormes dientes, su naturaleza agresiva y el mito de que sudan sangre”, de acuerdo con la revista National Geographic.

Además, son extremadamente territoriales y “sus fuertes mandíbulas pueden abrirse 180 grados, para dar una mordedura que es casi tres veces más fuerte que la de un león. Un mordisco de hipopótamo puede partir un cuerpo humano por la mitad”.

Por esta razón, las autoridades colombianas recomiendan mantener la distancia, no intentar cazarlos y reportar cualquier encuentro, especialmente si otras personas pudieran quedar en su camino.

Según Corpoboyacá, en el país está rotundamente prohibido “acercárseles, atacarlos o capturarlos, pues ellos defenderán su territorio con mucha agresividad, poniendo la vida de cualquiera en peligro”. Sin embargo, hay quienes insisten en que son animales tiernos, como se puede leer en los comentarios a la publicación del video:

“Es sorprendente ver hipopótamos en la carretera, especialmente en un lugar como el corredor Medellín-Bogotá, a la altura de Doradal. Este tipo de situaciones pone en alerta tanto a conductores como a autoridades, ya que estos animales son impredecibles y pueden resultar peligrosos”; “Tan lindos e inocentes”; “Este es el pan de cada día en Antioquia”; “Un descuido y ese animal se lo traga”; “Las maravillas de la mafia, muchos años después”; “¿Qué no son bravos? Vaya y consiéntalo entonces”; “Se corre un riesgo muy grande con el cuidado y preservación de los hipopótamos en Colombia”.

El mismo fin de semana, un campesino del Magdalena Medio se encontró no con uno, sino con dos hipopótamos en su finca, mientras revisaba el predio.

A lo lejos, intentó espantarlos con un “quiubo, quiubo, eh”, pero los hipopótamos decidieron seguir hurgando entre su pastizal, aunque conservaron la distancia, al igual que en el caso de Doradal.

Según el portal WikiHow, los hipopótamos deben evitarse en agua y en tierra, aunque, la manera de actuar cambia dependiendo del ambiente en el que se dé el avistamiento.

En ambientes acuáticos se debe respetar su espacio, sobre todo en aguas poco profundas. De encontrarse con uno hay que hacerse notar, pero, al mismo tiempo, lo más recomendable es alejarse rápidamente.

Mientras que, en tierra, se debe delimitar el encuentro a espacios abiertos, evitar las laderas de ríos o afluentes y mantenerse alerta sobre los indicios que, incluso, las heces podrían dar sobre la presencia de hipopótamos en la zona.

Aunque, con todo y que en tierra firma alcanzan los 35 km/h, de verse enfrentado a un gigante de hasta 5 metros y 4 toneladas, lo más recomendable es huir para encontrar un refugio y jamás enfrentarlo; ya que, suelen andar en mandas de hasta 200 individuos.