Javier Vásquez, una de las voces más emblemáticas de la salsa colombiana, ha dejado una huella imborrable en la música. Con una carrera de más de tres décadas que incluye su paso por el legendario “Grupo Niche”, su posterior éxito con “Son de Cali” y su trayectoria como solista, Vásquez ha construido un legado musical que lo coloca como una de las figuras más importantes del género en Latinoamérica.
Aunque más allá de los escenarios, la vida del artista caucano ha estado marcada por duros golpes emocionales, como la pérdida de dos de sus hijos en el mismo año, un episodio que lo ha dejado con un dolor que, en sus propias palabras, “nunca se supera”.
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Nacido en Puerto Tejada, Cauca, Javier Vásquez recuerda con cariño sus raíces. “Esto viene de sangre”, comenta en una reciente entrevista con la revista Semana. Desde joven, estuvo rodeado de música, ya que tanto su padre como su madre cantaban en el entorno rural de la vereda La Caña.
Aunque varios de sus hermanos también tenían inclinaciones musicales, Javier fue el único que se inclinó hacia la salsa. Su primera experiencia profesional fue con “El Combo Tejada”, donde la música de Cuco Valoy era el referente. Esta agrupación lo llevó por primera vez a Cali, una ciudad que desde entonces se convertiría en un punto clave en su carrera.
El destino lo llevó a cruzarse con Jairo Varela, el fundador y líder del Grupo Niche. Vásquez, quien entonces apenas tenía 18 años, cuenta que se encontró con Varela de manera casual en las calles de Bogotá.
“¿Vos no sos Javier Vásquez?”, le preguntó Jairo, reconociéndolo por su trabajo con Ramón Antigua. Varela estaba buscando una nueva voz para acompañar al legendario Tito Gómez, y Vásquez aceptó de inmediato. Sin embargo, su corta edad trajo algunos inconvenientes, ya que aún no tenía cédula y el grupo se preparaba para una gira internacional.
A pesar de esos desafíos iniciales, su incorporación a Niche fue un éxito. Durante casi 20 años, Javier fue una de las principales voces de la agrupación, participando en éxitos como “Entrega”, “Sin sentimiento”, “Mi hijo y yo” y el icónico himno caleño “Cali ají”. Su tiempo con Niche, aunque exigente, fue una etapa que define con cariño y agradecimiento, especialmente por la disciplina y profesionalismo que le inculcó Varela.
A pesar del éxito y los logros con el Grupo Niche, en los años 2000 Javier decidió dar un paso al costado y formar *Son de Cali* junto a Willy García. El cambio no fue fácil, ya que dejar una orquesta de la magnitud de Niche representaba un gran reto personal y profesional. Sin embargo, la nueva agrupación se consolidó rápidamente, alcanzando el éxito con canciones como “Tan buena”. Durante una década, Son de Cali fue sinónimo de salsa moderna en Colombia y en el ámbito internacional.
Luego de ese ciclo, Javier decidió emprender su carrera como solista, en la que ha continuado cosechando éxitos, como su álbum “Aquí estoy” y canciones que se han convertido en clásicos de la salsa romántica, como “Salud”, “Vuelvo a ti” y “Necesito llorar”.
Un dolor irreparable: la muerte de sus hijos
El 2021 trajo consigo el mayor golpe de su vida personal: la muerte de dos de sus hijos en un mismo año. “Nunca estás preparado para eso”, confiesa Vásquez con el corazón en la mano.
La pérdida lo devastó profundamente, llevándolo a un momento de quiebre en el que, según sus palabras, “me acobardé ante la vida”. Sin embargo, encontró en su fe en Dios y en la música una forma de seguir adelante.
A pesar de la tragedia, Javier continúa encontrando consuelo en la música, la que describe como terapéutica. “He pensado en componer una canción sobre ese momento de mi vida”, revela, aunque admite que aún no se siente listo para hacerlo. Para él, la música sigue siendo una forma de conectar con su público y de expresar sus emociones más profundas.