Volvieron las lluvias al Amazonas colombiano después de dos meses de sequía, reportó instituto de investigaciones

La Amazonía colombiana experimentó por los últimos dos meses una sequía sin precedentes que llevó al río Amazonas a niveles históricamente bajos, según reportes del Ideam y denuncias de plataformas medioambientales.

Durante la temporada en mención región ha enfrentado una reducción significativa en el caudal del río, que, incluso, llegó a afectar la navegación y la pesca, actividades vitales para las comunidades locales. Sin embargo, recientes lluvias han comenzado a devolver la vida al río, especialmente en áreas como Puerto Nariño.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

El Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Simchi) informó que en la mañana del 4 de octubre se presentaron contundentes precipitaciones en el departamento y, en especial, en la cuenta del caudaloso río.

“A esta hora celebramos el regreso de la lluvia en el Amazonas. En nuestro viaje a Puerto Nariño, fuimos testigos de cómo el río revivió gracias al fuerte aguacero que cae. Después de 2 largos meses de sequía, el Amazonas recupera su cauce, la navegación y la pesca”, escribieron voceros del instituto en su cuenta de X (anteriormente Twitter).

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha permanecido documentando esta situación crítica a través de mediciones en estaciones hidrológicas entre Leticia y Puerto Nariño.

Los datos revelan una disminución de aproximadamente 11 metros en los niveles del río desde abril hasta septiembre de 2024. Además, la velocidad del flujo de agua se redujo drásticamente, que pasó de 1,65 m/s a 0,61 m/s en la estación de Nazareth, cerca de Leticia, la capital del departamento.

El caudal medio del río Amazonas también sufrió una caída demostrable, de 44,711 m³/s en abril a 8,428 m³/s en septiembre, lo que representa una reducción del 82%. Aunque es normal que el caudal disminuya en ciertos períodos, la magnitud de esta reducción es inédita, lo que plantea nuevas preocupaciones sobre el comportamiento del río, según el Ideam.

La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd) por su parte señaló que el río ha perdido hasta el 80% de su lámina de agua en algunos puntos, lo que ha generado dificultades para las comunidades en el acceso al agua. Para mitigar esta situación, la Ungrd planea distribuir motobombas, mangueras y tanques, además de realizar estudios para explorar aguas subterráneas.

En Brasil, que alberga la mayor parte de la Amazonia, la situación es igualmente alarmante. El país enfrenta la peor sequía desde 1950, según el Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Catástrofes Naturales (Cemaden). Los incendios recientes han devastado más de 6,7 millones de hectáreas, exacerbando la crisis ambiental en la región. Esta información fue confirmada por El Espectador e InfoAmazonia, con datos recopilados del Amazon Conservation Team.

La recuperación del río Amazonas es crucial no solo para la biodiversidad, sino también para las economías locales que dependen de él. Las lluvias recientes ofrecen un respiro, pero la situación sigue siendo delicada y requiere atención continua para evitar futuras crisis.

A su vez, Óscar Sánchez, gobernador del Amazonas, lanzó la advertencia grave sequía que ha estado afectando al río Amazonas. Este fenómeno ocurrió en vísperas de la COP16, que se celebrará en Cali.

Citado por La Silla Vacía, se conoció que Sánchez planea presentar esta situación durante el evento para buscar acuerdos y colaboración con países vecinos como Brasil, con el fin de proteger los recursos de la Amazonía.

La sequía del Amazonas no solo representa un problema local, sino que tiene implicaciones a nivel nacional. El ciclo del agua en la región amazónica es crucial, ya que sus “ríos voladores” transportan agua hasta los Andes, abasteciendo vastas áreas del país. La interrupción de este ciclo podría reducir la disponibilidad de agua en todo Colombia, afectando los niveles de los embalses, explicó el gobernador.

Además, Sánchez señaló que los incendios iniciados en Brasil a principios de junio de 2024 han contribuido a la situación actual. Estos incendios han generado una ola de humo que interfiere con los ciclos de agua, impactando directamente en los niveles del río Amazonas. La situación es alarmante, ya que el humo y la sequía combinados podrían tener efectos devastadores en la biodiversidad y la deforestación de la región.