El jueves 3 de octubre, el Coliseo Miguel ‘Happy’ Lora, en Montería, fue escenario de un evento histórico en el marco del programa ‘Tierras para la reconciliación’. El presidente Gustavo Petro, junto con la Agencia Nacional de Tierras (ANT), entregó 8.000 hectáreas a campesinos víctimas del conflicto armado, en una acción cargada de simbolismo.
Sin embargo, lo que más llamó la atención y generó polémica en redes sociales, fue la presencia de Salvatore Mancuso, ex comandante paramilitar y figura clave en la violencia que azotó al país. El acto de entrega de tierras generó opiniones divididas, reflejadas en los abucheos y aplausos dirigidos a Mancuso. En su intervención, el ex jefe paramilitar expresó su arrepentimiento y afirmó: “Quisiera ser un ejemplo de lo que no se debe hacer, de que la violencia no es el camino”.
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Por su parte, el presidente Gustavo Petro señaló su compromiso con la restitución de tierras; y en un acto simbólico que generó controversia, ambos líderes realizaron un intercambio de sombreros, un gesto que ha sido interpretado de diversas maneras en el contexto de la reconciliación nacional.
En respuesta a la polémica, Petro escribió en X: “No les molestaba cuando Mancuso masacraba campesinos y les quitaba las tierras. Pero ahora sí les molesta que Mancuso pida perdón a las víctimas y les devuelva las tierras que les quitaron”. A lo que añadió: “En Colombia hay adictos a la sangre y tenemos que llenarla de adictas y adictos a la paz”.
Durante el evento de entrega de tierras, Mancuso asumió la responsabilidad por el dolor y sufrimiento que causó durante su tiempo al mando de las Autodefensas: “Asumo la responsabilidad que me corresponde por tanto dolor, sufrimiento y lágrimas, por el despojo de tierras, por los vejámenes a los que fueron sometidos a través de las órdenes que impartí a los hombres y mujeres que estuvieron bajo mi mando”, expresó durante el evento de la entrega de tierras.
El ex jefe paramilitar, que ahora se posiciona como un gestor de paz, declaró que “con estas entregas, se dignifica el campo y se dignifican las comunidades rurales, que tanto castigamos injustamente en medio del conflicto armado. Además, con ello, se restituyen sus derechos”. Estas palabras resaltan un cambio significativo en la narrativa del excomandante paramilitar, que, en su intervención, afirmó que “hoy soy una persona que estoy comprometido con redimir todo el dolor que les causé”.
En un tono conciliador, Mancuso subrayó la importancia de trabajar juntos, a pesar de las diferencias ideológicas y políticas, para alcanzar un objetivo común: “La restitución de los derechos integrales de las víctimas, parar la guerra y lograr la paz con el compromiso que estos hechos no se vuelvan a repetir”.
Además, se refirió a Gustavo Petro señalando que es “un presidente que hizo parte del conflicto armado, que estuvo en la insurgencia, que fue víctima y objetivo militar de las autodefensas, aun después de que se desmovilizó, y uno de los máximos opositores nuestros en el Congreso de la República”.
El ex jefe paramilitar no escatimó en mencionar al gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, y destacó las amenazas que sufrió su madre, Mara Zuleta. “Le coartamos la posibilidad de aspirar a la gobernación de Córdoba y recibir el apoyo de las comunidades, con la amenaza clara de que si no hacía lo que le pedíamos, lo pagaría con su vida”.
El viernes 4 de octubre, junto a la directora de la Unidad para las Víctimas, Salvatore Mancuso llegó al Encuentro Nacional de Sujetos de Reparación Colectiva, en donde se comprometerá con la búsqueda de los bienes que aún no han sido entregados para la reparación de los afectados por el conflicto armado.