El pasado martes, un accidente en las carreteras de Norte de Santander cobró la vida de Cedric Eduardo Isaza Rivera, un joven de aproximadamente 25 años.
Según informó El Tiempo, el incidente ocurrió cuando Isaza intentó subirse a una tractomula en movimiento, una maniobra peligrosa que resultó fatal, porque resbaló y fue arrollado por el vehículo. El accidente tuvo lugar en el sector conocido como El Laguito, en la vía que conecta Ábrego con Cúcuta.
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Las autoridades de tránsito, que llegaron al lugar para investigar el accidente, señalaron que este tipo de incidentes son frecuentes debido a la práctica riesgosa de abordar vehículos de carga en movimiento.
El Tiempo destacó que los gritos de los testigos alertaron al conductor de la tractomula sobre el accidente, pero fue demasiado tarde para evitar la tragedia.
El panorama de accidentes de tránsito en Colombia es preocupante. Según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Ansv), entre enero y agosto de 2024, 5.238 personas han perdido la vida en accidentes de tránsito en el país. De estas, 111 eran usuarios de vehículos de carga, una cifra que, aunque menor que los 127 fallecidos en el mismo periodo del año anterior, sigue siendo alarmante.
Las autoridades hacen un llamado a la población, especialmente a los jóvenes, para que sean conscientes de los riesgos mortales que implica subirse a vehículos en movimiento. Además, la ANSV reitera la importancia de respetar las normas de tránsito, evitar el exceso de velocidad y realizar revisiones mecánicas antes de emprender un viaje.
Por su parte, La Opinión informó que el accidente ocurrió a las 11:32 de la mañana, cuando la Policía de Tránsito y Transporte de Norte de Santander fue notificada sobre el cuerpo sin vida de Isaza en el kilómetro 30+760 de la vía entre Ocaña y Sardinata. El conductor de la tractomula, identificado por las placas LNK-460, no pudo evitar el accidente cuando Isaza intentó colgarse de la parte delantera del vehículo.
Este lamentable suceso es un recordatorio de la imprudencia que sigue cobrando vidas en las carreteras de Norte de Santander, a pesar de las campañas de concienciación que las autoridades han implementado para prevenir estos accidentes.
Conductores atrapados en la vía Bucaramanga-Bogotá debido a un derrumbe
Un deslizamiento de tierra en el sector conocido como El Raizón, entre los municipios de San Gil y Socorro en Santander, ha dejado incomunicadas a Bucaramanga y Bogotá.
El incidente, que ocurrió en la madrugada del 1 de octubre, bloqueó ambos carriles de la carretera, generando un embotellamiento de varios kilómetros, según informó El Espectador.
El Instituto Nacional de Vías (Invías) ha desplegado maquinaria pesada en el lugar para remover el material que obstruye la vía. Sin embargo, a pesar de que han pasado nueve horas desde el inicio de la emergencia, los trabajos de despeje aún no han comenzado.
Eduar Sánchez, director de Gestión del Riesgo, indicó a RCN Radio que la maquinaria está lista para operar tan pronto como las condiciones de seguridad lo permitan. Se espera que la movilidad se restablezca hacia el mediodía, una vez se logre retirar gran parte de las rocas.
Los conductores afectados han buscado rutas alternas para continuar su viaje. Adrián Flórez, uno de los conductores atrapados, relató a Caracol Radio que optó por tomar la vía del Páramo para llegar a Valle de San José, lo que añade aproximadamente una hora al trayecto. Flórez explicó que al llegar al lugar del derrumbe, el operador de la maquinaria decidió detener los trabajos debido a la caída de más tierra, optando por esperar hasta el amanecer para continuar.
Invías ha recomendado la ruta alterna San Gil-Páramo-Socorro para vehículos livianos, busetas, buses y camiones sencillos tipo C2. Esta situación ha generado largas filas de vehículos y ha dejado a muchos conductores atrapados en el trancón, mientras las autoridades trabajan para restablecer el tránsito en la zona afectada.