Gustavo Petro y Francisco Barbosa protagonizan un nuevo enfrentamiento, con acusaciones cruzadas que han captado la atención nacional.
Durante una entrevista con La FM, el exfiscal general Francisco Barbosa acusó al presidente Gustavo Petro de difamar su reputación profesional y académica. Esta acusación surge después de que Petro criticara la gestión de Barbosa en la Fiscalía, señalando que no se entregaron tierras de los paramilitares a las víctimas.
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“La infamia del presidente Petro no tiene límites... No voy a permitir que el presidente de la República intente pisotear mi honra y dignidad como académico y profesional”, fueron las palabras de Barbosa.
El presidente Petro afirmó que la Fiscalía, bajo la dirección de Barbosa, estuvo implicada en actividades relacionadas con el narcotráfico en Buenaventura. Según Petro, la entidad habría facilitado la exportación de cocaína y protegido a presuntos delincuentes.
Además, cuestionó la efectividad de la entrega de tierras a las víctimas del paramilitarismo durante el mandato de Barbosa.
“La honra y la dignidad se construye o se destruye en el mismo esfuerzo personal cuando se ostenta una cargo público. La fiscalía de Barbosa fue la Fiscalía de la impunidad frente a los peores delitos cometidos en Colombia. Mientras dejaban pasar las cargas de cocaína en Buenaventura los directores del CTI del lugar, perseguían a los jóvenes que solo protestaban en las calles”, dijo el presidente Petro en su cuenta de X.
En respuesta, Francisco Barbosa defendió su gestión al frente del ente acusador mediante un comunicado oficial. Aseguró que durante su administración se entregaron 1.600 bienes, valorados en 1,8 billones de pesos, al fondo administrado por la Unidad de Víctimas. Estos bienes, según Barbosa, fueron confiscados al paramilitarismo y entregados a las víctimas. También destacó que se imputaron 85.085 delitos relacionados con el paramilitarismo, incluyendo 24.408 imputaciones al exlíder paramilitar Salvatore Mancuso.
La disputa entre Petro y Barbosa no solo se centra en estas acusaciones, también pone en discusión el papel de la Fiscalía en la justicia y reparación a las víctimas del conflicto armado en Colombia. La sociedad colombiana sigue de cerca este enfrentamiento, que refleja las tensiones entre dos figuras prominentes de la política nacional.
La relación de Petro y Barbosa
La relación entre Francisco Barbosa y Gustavo Petro ha estado marcada por una serie de enfrentamientos públicos que han captado la atención nacional. Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando Petro recordó que Barbosa era su jefe, aunque esto no es jurídicamente cierto, y Barbosa respondió llamando “dictador” al presidente. Este intercambio refleja la profundidad de las diferencias entre ambos.
Si bien ha estado marcada por diferencias ideológicas y estilos de liderazgo opuestos, los conflictos más visibles han girado en torno a la entrega de tierras a víctimas del paramilitarismo y acusaciones de narcotráfico.
Barbosa y Petro provienen de corrientes políticas distintas. Mientras que Barbosa ha estado alineado con sectores conservadores y ha ocupado cargos en gobiernos de derecha, Petro es un líder de izquierda crítico de las élites tradicionales. Estas diferencias han generado choques en temas como el medio ambiente, la economía y los derechos sociales.
El estilo de liderazgo de ambos también ha contribuido a su rivalidad. Petro es conocido por su enfoque directo y apasionado, a menudo polémico, y ha sido un crítico feroz de la corrupción y la desigualdad. En contraste, Barbosa ha adoptado un enfoque más institucional y técnico en su papel como fiscal general, lo que contrasta con la retórica más inflamada de Petro.
Las ambiciones políticas de ambos líderes han exacerbado sus diferencias. Petro expresaba su deseo de ser presidente de Colombia, mientras que Barbosa podría tener sus propias aspiraciones políticas.
Sus trayectorias profesionales también han influido en sus posturas. Barbosa, abogado de profesión, ha trabajado tanto en el sector público como en el privado. Petro, por su parte, ha sido guerrillero, congresista y alcalde de Bogotá.
La animosidad entre Barbosa y Petro es una combinación de diferencias ideológicas, estilos de liderazgo y ambiciones políticas, más allá de los temas específicos de tierras y narcotráfico. Aunque ambos han protagonizado enfrentamientos públicos, su relación sigue siendo tensa y compleja.