Ricardo Rincón fue condenado a 17 años de prisión por acceso carnal violento y se encuentra recluido en la cárcel La Modelo de Bogotá cumpliendo con su sentencia condenatoria. Sin embargo, aseguró haber sido acusado y declarado culpable de un delito que no cometió, y que se le endilgó a manera de engaño, presuntamente, por su expareja.
En el programa Conducta Delictiva, el sujeto en cuestión contó su caso desde la cárcel y detalló las razones por las cuales, presuntamente, la justicia colombiana lo juzgó mal, señalándolo de ser un violador de menores de edad, luego de que su expareja lo denunciara por haber agredido sexualmente a su hija: “No, no lo hice. No, porque yo tengo mis hijas, tengo tres hijas, a las que yo crie”, sostuvo.
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Según su relato, su expareja descubrió unas conversaciones que tenía con la mamá de uno de sus hijos, lo que llevó al deterioro de la relación y, supuestamente, a la creación de un presunto caso de violencia sexual. Todo pasó una noche en la que el hombre estaba acostado con sus hijos, viendo una película.
“Llegó ella, como a las 8:30 p. m. (sic), llamó a la niña para la escalera, no sé qué le diría, y ella dijo: ‘No, mami, no’, y la niña se puso a llorar”, contó.
La mujer se fue, y 30 minutos después regresó con dos agentes de la Policía Nacional, quienes se lo habría llevado a una estación, sin ser esposado, luego de informarle que tenía una denuncia en su contra por acceso carnal violento. No obstante, a pesar de que hay una condena en su contra, aseguró que las acusaciones son falsas.
Pues, los testigos que se presentaron en su contra fueron la víctima, su expareja y un policía, que presuntamente habría tenido una relación sentimental con la mujer. El uniformado, de hecho, aseguró que encontró al hombre en flagrancia. Sin embargo, al parecer, una médico forense y los resultados de los exámenes no habrían sido contundentes para establecer que la menor había sido agredida sexualmente, además de que no encontraron huellas del hombre en ninguna parte. “Nunca encontraron rasgaduras de nada, el himen estaba perfecto”, contó.
La niña testificó y aseguró que su padre había enviado a sus otros hijos a comprar una gaseosa y que, en su ausencia, la habría violentado. No obstante, afirmó no haber sentido nada.
“Es que ella pensaba que por la relación que yo tenía con mi exmujer, que yo me iba a separar de ella e iba a volver con la mamá de mi hijo. Entonces, ella me llegó a gritar en cierto momento y me dijo: ‘Si usted no es para mí, no es para nadie y voy a arruinarle la vida, voy a hacer hasta que sus mismos hijos lo odien’”, contó. “Y ahí está, lo logró”, añadió.
Añadió: “A mí me condenaron muy rápido por Rafael Uribe Noguera, porque yo caí casi al mismo tiempo, ese delito fue el boom en ese momento. Fueron dos patadas para La Modelo, culpable y chao”.
¿Cómo es la cárcel para un violador?: “Lo escupen, lo orinan”
De acuerdo con el señalado agresor sexual, el haber sido denunciado por un caso de violencia sexual es un peso que se cargará siempre, sea o no inocente. “Queda uno con un tatuaje en la frente”, confesó. Y, se es juzgado por aquellos que gozan de la libertad y también por quienes permanecen tras las rejas.
Su llegada en la cárcel lo demostró: “La experiencia es muy tenaz porque llega el momento en el que a uno lo van a señalar por algo que no hizo y, aparte de eso, le quieren pegar, lo quieren robar, a uno lo escupen, lo intentan apuñalar, cualquier cosa”, relató.
Los demás presos lo identificaron como un violador por un código que le asignaron al entrar y fue catalogado como “violo”, que es el término que utilizan en las cárceles para referirse a los agresores sexuales.
“Lo peor de llegar por este delito es llegar a primarias, es el traslado. Es un patio pequeñito, donde hay como unas cinco o siete celdas, pero es donde llegan todos (sic). Ese es un infierno porque ahí llegan a pegarle a usted, lo escupen, lo orinan… las celdas de atrás, usted donde entra hay cualquier cantidad de ratas, es donde van y hacen del cuerpo, y allá es donde lo mandan a dormir a uno por el delito sexual (sic). Allá es donde van y le orinan la cabeza, la cara, donde lo ponen a lavar la ropa interior de ellos, donde no lo dejan a usted comer”, expresó.