El crimen de Armando Luis Rivero Manjarrez, gestor cultural y rector de un colegio en Sucre, tuvo un nuevo episodio luego de los detalles que se conocieron tras la audiencia de legalización de captura en la que fueron presentados ante un juez los tres capturados que dejó el caso hasta el momento.
Entre estas personas se encuentran Juana Perea, pareja sentimental del educador, y su hijo Jhonfra Orozco Perea (hijastro de la víctima). El otro detenido, Osnáider Tapia Meza, se confirmó que es un hombre que llevaba consigo el teléfono celular de Rivero Manjarrez, tras la diligencia judicial que se adelantó la tarde del jueves 3 de octubre de 2023.
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Sin embargo, ese mismo día se confirmó que Tapia Meza, de 33 años, recobró la libertad tras no aceptar cargos por el delito de receptación, y fue gracias a su testimonio ante la juez que lleva el caso que se han comenzado a concretar las piezas de este caso, que causó el repudio y rechazo de los habitantes de Ovejas (Sucre), de donde era oriundo Rivero, reconocido miembro del Festival Nacional de Gaitas en ese municipio.
El homicidio de Armando Rivero Manjarrez conmocionó a la costa Caribe por todos los hechos que se han conocido alrededor del caso, que en principio se pensó que era un secuestro, luego que el también periodista y locutor, salió a bordo de su camioneta el viernes 12 de julio de 2024, y solo hasta el miércoles 17 de julio se confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida, que estaba debajo de un puente que sirve para conectar a las localidades de Ceja del Mango y San Luis, jurisdicción de Sampués (Sucre).
Ese fin de semana posterior al día de la desaparición del gestor cultural, apareció la camioneta marca Renault Duster incinerada en una vía del municipio de Tuchín (Córdoba), por lo que con el descubrimeinto del cuerpo cinco días después se inició una investigación exhaustiva por parte de las autoridades, que dieron sus frutos la mañana del martes 1 de octubre de 2024. Ese día fueron aprehendidas las tres personas.
En el caso de Juana Perea (pareja de Rivero), la detención se produjo en el parqueadero de un supermercado de cadena ubicado en el barrio La Pajuela (Sincelejo), mientras que en el caso de Jhonfra Orozco Perea, los agentes llegaron hasta una vivienda en el barrio Villa Natalia.
Como parte del operativo, en el inmueble se incautaron tres tablets, cuatro computadores, memorias USB, cuatro celulares, un reloj inteligente, libretas con apuntes, documentos, tarjetas bancarias y un disco duro, que son analizados por los investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) que tienen asignadas las pesquisas para esclarecer qué habría motivado el crimen del rector de la Institución Educativa Gavaldá, corregimiento ubicado en jurisdicción del municipio de Guaranda, destino al cual iba Rivero en su camioneta.
Lo que revelaron las audiencias tras las capturas
Según lo que informó el medio regional El Meridiano, la tarde del jueves 3 octubre, en medio de la audiencia de imputación de cargos en contra de las tres personas (que fueron legalizadas por parte del Juzgado Cuarto Penal Municipal de Sincelejo tras los operativos el martes 1 de octubre), se reveló por parte de la Fiscalía Segunda Especializada de Sincelejo que los hechos habría sido ejecutados por fines económicos.
De igual forma, El Heraldo reportó que en medio del proceso judicial el hijastro de Rivero Manjarrez (Orozco Perea) tenía un plan para quedarse con varios de los bienes adquiridos por el educador, quien se encontraba en proceso de separación con su pareja (Perea), quien es rectora de una institución educativa en Ovejas. Allí habría iniciado la relación.
En consecuencia, a Orozco Perea la Fiscalía le imputaron cargos por los delitos de desaparición forzada agravada en concurso con homicidio agravado, los cuales no aceptó. En tanto que su mamá respondió de la misma forma por el delito de desaparición forzosa y pronunció sus primeras palabras luego de su captura, y aseguró: “prefiero estar muerta que pagar por algo que no he hecho”.
De igual forma, y producto de su confesión, Tapia Meza aseguró que se encontró el celular (de Rivero) marca Samsung en un paraje ubicado en la vía que conecta a los corregimientos de Bremen (jurisdicción del municipio de Morroa) y Chochó (Sincelejo), en el momento que adelantaba labores de campo. El seguimiento de llamadas (geolocalización) fue clave para poder acusar a la madre y su hijo en calidad de coautores y con dolo (que tenían conocimiento pleno de lo que iban a hacer).
Sin embargo, fueron varias las versiones que entregó Orozco Perea, hecho que lo hundió más debido a que algunos detalles no cuadraban. Sumado a esto el dictamen de Medicina Legal fue rotundo, al indicar que “la muerte de Armando Rivero Manjarrez fue traumática, sufrió mucho, fue con sevicia, con sed de violencia”.
El cuerpo de Rivero Manjarrez fue hallado en avanzado estado de descomposición (e incluso se alcanzaban a ver ya los huesos), y adicional se confirmó que la víctima recibió dos disparos: uno en la cabeza y otro en el antebrazo.
Lo que más tiene entre la espada y la pared a madre e hijo, es que la Fiscalía aseguró en medio de la audiencia que “Yofran mintió al decir que estaba en su casa en Villa Natalia (Sincelejo) cuando en realidad estaba donde apareció el cuerpo. Rayó en el cinísmo”. En cambio, las pesquisas arrojaron que este hombre habría seguido en una motocicleta al educador cuando iba desplazándose en su camioneta. Esto
Cobro de un seguro habría motivado el homicidio
“Había un interés de acabar con la vida del rector para quedarse con los bienes”, aseveró la Fiscalía. Para argumentar esto, el ente investigador aseguró la supuesta llamada que recibió la pareja del gestor cultural el domingo 14 de julio, habría sido planeada para hacer creer que una persona ajena a ella y a su hijo advirtió del hallazgo de los restos humanos.
El “domingo 14 de julio cuando ella (Perea) dijo que recibió una llamada de una mujer que le dijo que buscara el cadáver por allá por Sampués, en un arroyo, y que eso le había pasado por sapo. Ese número 311xxxxxx se movió en paralelo con el celular de Juana 304xxxxxx, la trazabilidad de las líneas se movía con Juana. Ese número 311xxxxx solo fue utilizado ese día y para ese fin. No solo llamaron a Juana, sino también a un familiar de Armando”, detalló el informe.
Esto quiere decir, según la Fiscalía, que tanto la madre como el hijo tenían pleno conocimiento del punto en donde se encontraba el cuerpo.
Por si fuera poco, la interceptación de varias comunicaciones realizadas desde el teléfono de Orozco Perea arrojaron conversaciones con otras personas referentes a como se iban a distribuir los bienes de Rivero Manjarrez. Como quien dice, ya estaba haciendo “cuentas alegres” con los bienes del gestor cultural. Dichos bienes se entienden como el seguro de vida que tenía el rector y su jubilación como educador.