En Colombia, la vigilancia y búsqueda de virus emergentes se ha convertido en una prioridad para adelantarse a posibles brotes de enfermedades. Por lo tanto, la colaboración entre la Coalición de Defensa contra Pandemias de Abbott, el Instituto de Salud Global de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad Nacional de Colombia ha sido clave en estos esfuerzos.
En ese sentido, el enfoque de la investigación no solo busca identificar nuevos virus, sino también comprender cuáles tienen el potencial de afectar la salud pública y convertirse en amenazas significativas, un hecho que permitiría adelantarse a una futura pandemia.
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La Coalición de Defensa contra Pandemias, en colaboración con otras instituciones, ha estado activa en Colombia desde 2021 y ha tenido como objetivo detectar brotes de enfermedades en diferentes regiones del país, teniendo en cuenta la compleja geografía y diversidad climática que hace de Colombia un punto crítico para la propagación de patógenos.
Por lo tanto, el trabajo se ha centrado en zonas como Leticia, en el Amazonas, donde se recogen muestras de pacientes que presentan síntomas febriles agudos sin una causa clara. Una vez tomadas las muestras, son enviadas al Laboratorio de Genómica One Health en Medellín donde los científicos realizan análisis avanzados para detectar posibles virus y así monitorear patógenos emergentes en Colombia para identificar virus potencialmente peligrosos y establecer medidas preventivas para evitar la propagación a gran escala.
Colombia y su importancia en los virus
Colombia, por su ubicación geográfica, representa un área de particular interés para la vigilancia de todo tipo de virus, pues el país se sitúa entre el Amazonas y América Central, regiones con un clima ideal para la proliferación de insectos transmisores de enfermedades como los mosquitos.
A esto se suma la alta movilidad de la población, un hecho que facilita la propagación de patógenos de una región a otra, por tal motivo, se ha trabajado con epidemiólogos y expertos locales en vigilancia para garantizar que el análisis de las muestras sea riguroso y, sobre todo, relevante para la situación particular del país.
Uno de los recientes descubrimientos del equipo de investigación en el país ha sido la presencia del virus de la fiebre de Oropouche, un patógeno culpable de causar síntomas similares al dengue, como fiebre alta, dolor de cabeza, erupción cutánea y dolor articular.
De acuerdo con las investigaciones, el virus había sido identificado en otras regiones de América del Sur y Central, por lo que su presencia en Colombia podría representar un riesgo adicional para la salud pública debido a su capacidad de propagación rápida.
Un estudio realizado por el Laboratorio Genómico One-Health de la Universidad Nacional de Colombia, en colaboración con el Instituto de Salud Global de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Coalición de Defensa contra Pandemias de Abbott, reveló una seroprevalencia del virus Oropouche de hasta el 16% en pacientes con síntomas febriles en algunas regiones del país.
Ante estos hallazgos, los investigadores recomendaron incrementar las pruebas de detección de Oropouche e implementar estrategias de mitigación para limitar la exposición y propagación del virus en áreas clave, como Leticia.
Además de Oropouche, el equipo de vigilancia también ha identificado el virus Mayaro, un patógeno que no se había detectado previamente en el país y que también es transmitido por mosquitos, el cual, puede causar problemas de salud significativos en América Latina, por lo que los científicos están realizando más análisis para comprender su prevalencia y su posible impacto en la población colombiana.
Al respecto, el doctor Jorge Osorio, codirector del Consorcio Colombia-Wisconsin One Health, explicó que la identificación de virus emergentes y su estudio permite a los científicos estar mejor preparados para responder a posibles brotes: “Crear un panorama general, que incluya dónde se originaron los virus y cómo se están propagando, es esencial para la preparación ante pandemias, especialmente en territorios complejos como Colombia”, destacó Osorio.
Anticiparse a las pandemias: un reto global y local
La vigilancia de virus no es solo cuestión de detectar nuevos patógenos, sino de evaluar cuáles podrían convertirse en brotes de importancia para la salud pública. Para ello, se requiere un enfoque integral que abarque desde la identificación inicial de virus hasta el análisis de su evolución, transmisión y tasa de mutación y así determinar cuáles patógenos requieren una atención prioritaria y qué tecnología debe desarrollarse para monitorearlos y diagnosticarlos adecuadamente.
Por lo tanto, en un mundo en el que la aparición de nuevas pandemias es una posibilidad constante, la vigilancia activa y la colaboración internacional son esenciales y en ese sentido Colombia, gracias a su infraestructura de pruebas y la colaboración con expertos internacionales, se está posicionando como un referente en la preparación contra pandemias en la región.
De esta manera, la vigilancia epidemiológica se ha convertido en una herramienta clave no solo para contener brotes locales, sino también para aportar al conocimiento científico global sobre la evolución de los patógenos, asegurando que la humanidad esté cada vez mejor preparada para enfrentar posibles pandemias.