La historia de la salsa está llena de colaboraciones icónicas y de relaciones que van más allá del escenario. Por ejemplo, uno de los vínculos más notables dentro de este género es el que existe entre Víctor Manuelle, conocido como El Sonero de la Juventud, y Gilberto Santa Rosa, El Caballero de la Salsa.
Esta relación ha sido clave en la carrera de Víctor Manuelle, que no dudó en confesar, en entrevista con Miguel Contes, la profunda influencia que Santa Rosa ha tenido en su trayectoria musical y personal, dado que la conexión entre ambos va más allá de lo profesional, convirtiéndose en un vínculo casi familiar que ha moldeado la carrera de Víctor Manuel Ruiz Velázquez, nombre de pila del salsero, desde sus inicios.
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“Él no lo entiende todavía, lo que pasa es que, gracias a Dios, la relación de Gilberto pasó a otros niveles, ya Gilberto es, aparte de mi cantante favorito, aparte de mi padre en la música, es parte de mi familia, o sea, nosotros nos visitamos, nos llamamos, nos consultamos cosas que no tienen que ver con la música, estamos en las buenas y en las malas”, comenzó por explicar Ruiz Velásquez.
La historia entre los cantantes comenzó en un evento que marcaría un antes y un después en la vida del joven aspirante a salsero, dado que Victor Manuelle asistió a una presentación de Santa Rosa en Aguadilla, Puerto Rico, en la que un grupo de amigos y familiares se acercó a Gilberto Santa Rosa para mencionarle que el joven tenía talento y le gustaba cantar.
En ese momento, Santa Rosa invitó a Víctor Manuelle a subir al escenario para improvisar junto a él, lo que, sin saberlo, se convertiría en una especie de audición informal que captó la atención del experimentado salsero que quedó impresionado por la habilidad de improvisación de Víctor Manuelle y lo buscó después del evento, incluso, Santa Rosa decidió involucrarse en su desarrollo musical, reconociendo su talento innato, pero también notando que necesitaba ser pulido.
“Yo tenía 20, 21 años, pero yo en realidad no vi esto como una audición, me subí, Gilberto empieza a improvisar y yo empiezo a contestarle y él pensó que yo me había aprendido cosas para contestarle y a él le gustó lo que hice y uno de los empleados de Gilberto me dice que él quiere hablar conmigo, me pregunta que dónde canto y me dice dame tu teléfono que me gustó el trabajo que hiciste”, agregó.
Uno de los momentos más cruciales en la carrera de Víctor Manuelle fue cuando Gilberto Santa Rosa lo llevó a firmar su primer contrato discográfico con Sony, una oportunidad que no llegó por casualidad, pues Santa Rosa, que ya contaba con un nombre respetado en la industria, apostó por el talento de Víctor y lo llevó directamente a las oficinas de Sony para presentar su propuesta como solista.
Para Víctor Manuelle, la influencia de Gilberto fue más que simplemente una recomendación, fue un apoyo integral que incluía negociaciones en su nombre, e incluso gestos personales como comprarle su primer carro y regalarle su primer uniforme para una orquesta, dado que El caballero de la salsa estaba dispuesto a usar su prestigio para ayudar a su protegido, llegando a bajar sus propias tarifas para que Víctor pudiera tener la oportunidad de ser telonero en varios conciertos.
“Ese tipo es mi papá, me llevó a la oficina, me compró un carro, me regaló el primer uniforme de una orquesta, ese tipo es mi hermano, yo lo vi negociando cosas cuando a mí no me conocía nadie y él estaba superpegado, que decía bájale a mí el precio y pónmelo (a Victor Manuelle) al principio, quítale par de pesos para que el chamaco tenga oportunidad”.
El vínculo entre ambos músicos evolucionó con el tiempo, pasando de ser una relación de mentor-aprendiz a una amistad que Víctor Manuelle describió como fraternal, dado que para él, Santa Rosa no solo es el artista que le dio su primera oportunidad, sino también un amigo cercano y parte de su familia extendida, pues ha estado presente, no solo en los momentos importantes de su carrera, sino también en situaciones personales.
“Él eso lo ha hecho como parte de su vida cotidiana, de compañero, pero él no está consciente que yo no lo dejo de ver como un ídolo, entonces nos sentamos a comer, a lo que sea, y él me está hablando, pero él no se da cuenta de que ya yo me fui del pana, yo pienso que estoy hablando con mi ídolo de toda la vida y tengo el privilegio de ser su amigo, de entrar en su casa, de visitarlo, de decir ¿qué estás haciendo hoy?, es que yo voy a grabar para que pases por ahí y veas lo que estoy haciendo y él lo hace de la manera más cotidiana. Yo voy a ver grabar canciones a Giberto que nadie sabe todavía y me quedo ahí y no me deja de sorprender, el tipo para mí es un caballo”, concluyó Victor Manuelle.