Salvatore Mancuso sorprendió a víctimas del conflicto durante entrega de tierras: pidió perdón en medio de abucheos

El Coliseo Miguel “Happy” Lora, en Montería, fue el escenario de un encuentro sin precedentes, donde el presidente Gustavo Petro, acompañado por la Agencia Nacional de Tierras (ANT), realizó la entrega de tierras a campesinos víctimas del conflicto armado en el marco del programa “Tierras para la reconciliación”.

Este evento forma parte de los esfuerzos del Gobierno nacional por avanzar en la Reforma Agraria, uno de los pilares de su mandato, y reparar a las víctimas del conflicto; sin embargo, la presencia del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso fue el elemento que acaparó la atención de la opinión pública y desató un cúmulo de emociones entre los asistentes.

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La entrega de tierras en Montería es un paso significativo en la búsqueda de justicia y reparación para las víctimas del conflicto armado. Los terrenos entregados durante el evento provienen de antiguas propiedades de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), organización de la cual Mancuso fue uno de los líderes más visibles. Estos predios fueron adquiridos por el Gobierno mediante un convenio suscrito entre el Fondo de Reparación de Víctimas y la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

Lo que realmente causó impacto en este evento fue la presencia de Salvatore Mancuso, nacido precisamente en Montería y figura clave del paramilitarismo en Colombia. Esta es la primera vez que el presidente Petro y el excomandante coinciden públicamente, un hecho que tuvo repercusiones relevantes, evidenciado en las reacciones mixtas de la multitud. Entre abucheos y aplausos, el ex jefe paramilitar fue recibido por la audiencia, que expresó tanto rechazo como apoyo en una demostración de la complejidad de la reconciliación en Colombia.

Durante su intervención, Salvatore Mancuso habló directamente a las víctimas presentes, reconociendo el impacto negativo que las AUC tuvieron en los territorios: “Este es un momento histórico, hoy están presentes no solo las víctimas a las cuales tanto dolor y sufrimiento causé, también está un presidente de la República que hizo parte del conflicto armado, que estuvo en la insurgencia, que fue víctima y objetivo militar de las AUC, aun después de que se desmovilizó, que fue uno de los máximos opositores nuestros desde el Congreso”.

En un evento lleno de simbolismo y tensión, el ex comandante paramilitar Salvatore Mancuso reapareció públicamente para ofrecer un discurso en el que expresó su arrepentimiento y su deseo de contribuir a la paz en Colombia. Antes de iniciar su intervención, Mancuso se acercó a saludar a cada uno de los miembros que conformaban la mesa principal, incluido el presidente de la República. Este gesto provocó una fuerte reacción del público, que lo abucheó, mostrando el rechazo generalizado hacia su figura.

Mancuso, que lideró el Bloque Catatumbo de las AUC, reconoció la responsabilidad de sus acciones durante el conflicto armado. Sus palabras fueron diplomáticas y dirigidas a solicitar perdón, hablando con nombres propios de sus víctimas. Aceptó que empuñó un fusil y que estaba equivocado, reconociendo que la única ganancia de su tiempo en la guerra fue la pérdida.

En su intervención de casi diez minutos, el ex jefe paramiliar asumió su responsabilidad por los actos cometidos bajo su mando, describiéndolos como “vejámenes” y reconociendo el daño causado a las víctimas como consecuencia de las órdenes que impartió.

El exparamilitar hizo especial referencia al evento, que estaba destinado a la entrega de tierras a las víctimas del conflicto. Subrayó que la restitución de tierras no es solo una cuestión de devolver propiedades, sino también de garantizar la restitución de derechos fundamentales de las víctimas. Mancuso añadió: “No se trata solo de restituir una tierra, sino de restituir derechos”.

Durante su discurso, insistió en la importancia de la paz como condición indispensable para la reparación y el bienestar de la sociedad colombiana. El ahora gestor de paz destacó que regresó a Colombia con la intención de contribuir a este propósito: “Sin paz no hay reparación”, afirmó. Sin embargo, justo cuando mencionó su retorno al país para ayudar a alcanzar la paz, los abucheos del público interrumpieron su intervención.

Pese a la reacción negativa del público, Mancuso continuó y pidió al presidente que considerara la instalación de una mesa de paz, asegurando que él, en calidad de gestor de paz, quería contribuir activamente al proceso. Además, expresó que tenía “plena conciencia del daño que hizo” y reconoció que fue uno de los protagonistas de “uno de los períodos más oscuros” de la historia reciente del país.

“Quisiera ser un ejemplo de lo que no se debe hacer, de que la violencia no es el camino”, señaló el exjefe paramilitar.