El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y la vicepresidenta Francia Márquez han generado controversia por sus recientes declaraciones sobre la política interna de Estados Unidos.
Durante una visita a Chicago en septiembre, Petro criticó al expresidente Donald Trump, acusándolo de “terrorismo” por sus comentarios sobre los migrantes haitianos. Por su parte, Márquez, en un evento en la Universidad de Harvard, expresó su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris en su campaña presidencial.
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“No inmiscuirse en la política interna de Estados Unidos es muy difícil, dado que influye en todo el mundo, y específicamente en Colombia, y con mucho poder, y nos compete entonces, en tanto nos incluye”, dijo Petro en ese momento para bajar el tono de sus declaraciones.
Acto seguido, añadió: “No tengo derecho de voto, pero sí puedo expresar algunas opiniones, incluso no en nombre de Colombia, sino en nombre del pueblo latinoamericano cuando es insultado”.
Estas acciones han sido interpretadas como una posible intervención indebida en los asuntos internos de Estados Unidos, lo que ha generado malestar en Washington, según lo dicho por El Espectador.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos de Bogotá para mitigar el impacto de estas declaraciones, el descontento persiste. Desde el Congreso colombiano se ha instado al Gobierno de Petro a evitar este tipo de situaciones para mantener una relación bipartidista con la Casa Blanca, independientemente del resultado electoral en Estados Unidos.
El enfoque de Petro en la política internacional ha sido objeto de escrutinio. Aunque ha mantenido una postura crítica hacia líderes como el presidente de Argentina, Javier Milei, y ha roto relaciones con Israel debido a su política en Palestina y Líbano, ha mostrado una actitud más pasiva hacia regímenes como el de Nicolás Maduro en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua.
En su reciente intervención en la ONU, Petro evitó abordar estos temas, centrándose en otros asuntos que no le otorgaron la relevancia internacional esperada.
“En esta oportunidad quiero desearle a la vicepresidenta Kamala Harris éxitos en su campaña presidencial. La invito a visitar Colombia para seguir construyendo juntas nuevas rutas de libertad. Vamos para adelante, que el pueblo no se rinde, carajo”, le dijo Márquez a Kamala Harris, mostrando su apoyo para que esta obtenga la presidencia.
El Gobierno de Petro busca un mayor protagonismo en la escena internacional, especialmente en la región, promoviendo su visión de desarrollo y progresismo.
Sin embargo, la oposición ha señalado que su interés principal podría ser la reelección de su proyecto político en 2026. Esta situación contrasta con la política de no reconocimiento de candidatos presidenciales en Venezuela hasta que se presenten las actas de los comicios del 28 de julio, lo cual ha generado críticas sobre una posible cercanía ideológica con el régimen de Maduro.
En el ámbito internacional, Colombia mantiene relaciones tensas con Perú tras la caída de Pedro Castillo y diferencias con Panamá sobre la migración irregular por el tapón del Darién. No obstante, existen líneas de apoyo claras con el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva y el México de Claudia Sheinbaum.
A pesar de los esfuerzos del canciller Luis Gilberto Murillo y del embajador en Estados Unidos, Daniel García-Peña, para suavizar las tensiones, la situación sigue siendo delicada.
“En Colombia, gane quien gane, nos toca seguir trabajando con los dos lados; eso lo tengo clarísimo. Ahora, ¿quién va a ganar? Ni idea. Hoy en día se sabe menos que antes y cualquiera que analice la situación de Estados Unidos diría que el resultado de noviembre sigue más incierto que nunca”, le dijo García-Peña al medio mencionado.
Ni las declaraciones del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez cayeron bien en la capital estadounidense, ambas fueron tomadas como intervenciones en política, mismas que según Washington deben tratarse siempre a través de los canales diplomáticos,
Además, se cuestiona que en 2020 el presidente Petro, en aquel entonces senador, criticó duramente a Iván Duque por apoyar la reelección de Donald Trump para ese año.