En el corregimiento de Aquitania y la vereda Pocitos, ubicados en el municipio de San Francisco, Antioquia, el temor y la incertidumbre han dominado a los habitantes luego del operativo militar en el que fue abatido Juan Carlos Rodríguez Agudelo, alias Zeus, uno de los cabecillas del Clan del Golfo.
En este operativo, además de la muerte de alias Zeus, otras siete personas vinculadas a esta estructura criminal fueron abatidas. Sin embargo, los pobladores locales, que quedaron atrapados en el cruce de disparos, ahora exigen la retirada de la fuerza pública, ya que consideran que su presencia ha sembrado más miedo que seguridad.
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Los habitantes del corregimiento continúan en protesta, con una jornada de manifestaciones que incluye el bloqueo de la autopista Medellín-Bogotá, una de las principales vías de conexión entre la capital antioqueña y el centro del país.
A través de estas acciones, buscan llamar la atención del Gobierno nacional sobre la difícil situación que atraviesan.
El malestar de la comunidad aumentó cuando se confirmó la muerte de María Ideé Soto Cosme y las heridas graves de su esposo, Carlos Mario Cifuentes Gallego, quienes quedaron en medio del tiroteo entre las fuerzas de seguridad y los miembros del Clan del Golfo.
La pareja se desplazaba en una motocicleta desde el corregimiento de Jerusalén cuando, sin previo aviso, se encontraron en medio del enfrentamiento.
La muerte de Soto Cosme ha generado indignación entre los vecinos de la vereda Pocitos, quienes realizaron una marcha por el caserío para exigir justicia y pedir que tanto las fuerzas del Estado como los grupos armados ilegales los excluyan del conflicto.
A pesar de que el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, lamentó públicamente los hechos y expresó su solidaridad con las víctimas, la comunidad considera insuficientes las medidas adoptadas por las autoridades. Los habitantes exigen que se les garantice su derecho a vivir en paz, sin la constante amenaza de violencia que se cierne sobre la región.
El ambiente de miedo se ha instalado profundamente en Aquitania y sus alrededores. Marelvi Berrio Ciro, una de las líderes de la vereda Pocitos, expresó en declaraciones a Blu Radio que la población se encuentra profundamente perturbada tras el operativo. Según su relato, los disparos duraron cerca de 30 minutos, y los pobladores quedaron en medio del fuego cruzado, sin que se tomaran en cuenta las consecuencias que esto podría tener para los civiles.
“Nos sentimos con mucho miedo, nos sentimos que nos están perturbando la paz y la tranquilidad de una forma muy atroz”, afirmó Berrio. Además, destacó que muchas personas están considerando abandonar el territorio por temor a que se repitan este tipo de incidentes. “Este fin de semana fue solo una víctima mortal y un herido, pero el temor es que esto vuelva a suceder”, añadió.
La incertidumbre también ha afectado las actividades cotidianas en la zona. Las escuelas han visto una notable disminución en la asistencia, ya que tanto estudiantes como profesores tienen miedo de desplazarse por las vías rurales, especialmente aquellos que dependen de motocicletas para llegar a los centros educativos. “Muchos jóvenes no quieren estudiar esta semana, y los profesores también tienen miedo de que los muchachos se desplacen en moto”, comentó la líder comunitaria.
El impacto del operativo no se limita solo al miedo y la violencia, también ha repercutido en la economía local. La zona, conocida por su turismo ecológico, ha visto una reducción en la llegada de visitantes, lo que ha afectado gravemente a las familias que dependen de esta actividad. Además, durante los días posteriores al enfrentamiento, la comunidad enfrentó dificultades para abastecerse de alimentos, ya que las chivas, los buses que transportan productos básicos a estas zonas rurales, no pudieron ingresar.