La Universidad Militar Nueva Granada y la Universidad Nacional de Colombia, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), se unieron al Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi, en el proyecto Spring NOrthern aMazon Aerosol eXperiment (Snomax), que se lleva a cabo en la estación experimental del Sinchi El Trueno, ubicada en el municipio de El Retorno (Guaviare), arrojando hallazgos preocupantes en relación con la región amazónica colombiana.
“Ese lugar es bastante estratégico porque allí converge la Amazonía con la Orinoquía. Es muy interesante desde el punto de vista científico”, indicó Luis Ladino, químico especialista en física de nubes y contaminación atmosférica, reseñado por El Espectador, medio que conoció detalles de la investigación.
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Uno de los descubrimientos que dejó el análisis fueron los altos niveles de contaminación en San José del Guaviare, capital del Guaviare, que no supera los 60.000 habitantes, pero respiran la misma calidad de aire que ciudades de mayor densidad poblacional como Bogotá o Ciudad de México, “genera una alerta importante”, complementó Jaime Barrera, subdirector científico y tecnológico del Sinchi al medio citado.
Esta comparación, que salta a la vista, dejó perplejo a uno de los investigadores; sin embargo, enfatizó en que ya se habían realizado pruebas similares, dejando un resultado parecido. No obstante, resaltó que la investigación sigue siendo un proyecto piloto, por lo que para concluir dicho hallazgo se requiere de más indagaciones.
“Al principio no lo creí, pensé que el equipo estaba mal, que se había equivocado, pero teníamos otros tres que midieron algo similar. Realizamos esa comparación directa y vimos que sí era real. Desafortunadamente, los niveles de contaminación son extremadamente elevados para un lugar tan remoto”, apuntó.
Por ello, el investigador recalcó que en marzo de 2025 se retornarán las mediciones en esa zona del país; entre tanto, desde julio continúan con el monitoreo permanente de las consecuencias de los gases efecto invernadero. “Esto nos va a permitir intercambiar datos y ver cómo las diferentes partes de la biomasa de la Amazonía están siendo afectadas en lo que es la fijación, por ejemplo, del dióxido de carbono (CO₂)”, destacó Barrera.
Por último, explicó, que: “Queremos entender cómo las plantas responden a esa situación, si van a hacer mejor uso del agua, si se van a adaptar o si van a desaparecer y cómo la biodiversidad va a tener un impacto producto de esas atmósferas enriquecidas con CO₂ durante esa época, cuando hay todos esos incendios y quemas”.
¿Cómo se midió la contaminación en la estación del Sinchi “El Trueno”?
En Ciudad de México, según explicó el profesor, la contaminación tiene su origen en las actividades de las empresas productivas, los millones de habitantes y la cantidad de vehículos en circulación. Sin embargo, en esta región de la selva tropical, los datos sugieren que la fuente de los altos niveles de contaminación es externa, transportada hasta allí, probablemente debido a los incendios.
Para llevar a cabo el análisis de las condiciones atmosféricas en una región amazónica de Colombia, el grupo de investigación utilizó equipos que midieron, de forma automática y continua, la composición química de la atmósfera, la cantidad y tamaño de las partículas y la tipificación de gases.
Según informó el grupo de investigadores, la observación comenzó en marzo de 2024, en pleno primer trimestre del año, una temporada caracterizada por la sequía y los incendios forestales. Los científicos querían evaluar la posibilidad de que la corriente en chorro de bajo nivel del Orinoco arrastrara consigo gases y partículas contaminantes, como PM10 y PM2.5, hacia la zona de El Trueno, de forma similar a lo que ocurre en Villavicencio, donde Ladino encontró altos niveles de contaminación, principalmente de partículas PM10 y ozono, asociados a los incendios forestales de las llanuras venezolanas.
Según él, citado por El Espectador, estos efectos llegan a la región a través de la corriente en chorro de bajo nivel del Orinoco, la cual fluye desde el Caribe, atraviesa Venezuela, recorre las llanuras colombianas y se adentra en el noroeste de la Amazonía, abarcando departamentos como Guaviare, Caquetá y Putumayo, e incluso alcanzando Ecuador.
El objetivo de la investigación, según el equipo, era analizar la transición de la vegetación entre las regiones y cómo esta interactúa con la atmósfera, enfocados específicamente en los aerosoles. Estos son pequeñas partículas en suspensión, originadas tanto por fuentes naturales como el polvo y el polen, así como por actividades humanas que influyen en la calidad del aire.