Colombia vive un momento de incertidumbre, por lo que puede pasar con el sector de hidrocarburos, sobre todo, con el petróleo y gas. Pese a que ya se avecinan problemas de desabastecimiento de este último, a partir de 2025, expertos ya mostraron preocupación porque no ven soluciones en el Gobierno de Gustavo Petro para contrarrestar la situación.
Así lo demostró, durante la VII Cumbre del Petróleo, Gas y Energía que organizó la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), el presidente de la compañía canadiense Frontera Energy, Orlando Cabrales, quien destacó tendencias preocupantes que amenazan al sector de hidrocarburos en Colombia.
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Cabrales criticó la falta de respuesta del país ante señales de alerta sobre la sostenibilidad del sector, por lo que afirmó que “como decían en la jornada anterior: que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, es muy triste que las señales que ya se vieron venir, hace varios años, el país no haya tenido la capacidad de reaccionar”.
El ejecutivo advirtió que estas advertencias fueron ignoradas y el país se está encaminando hacia “un abismo”. Recordó que Colombia se enfrenta a una caída en las reservas de petróleo y gas.
“Hemos venido cayendo en reservas de petróleo, pero no tanto como las de gas. Aquí hay un decrecimiento progresivo año a año, con el crudo ha sido más irregular”, dijo. La situación, explicó, tiene implicaciones macroeconómicas que podrían debilitar aún más la economía nacional, especialmente, en un contexto donde las reservas no se están reemplazando al ritmo necesario.
“Nos dimos cuenta de que no podemos reemplazar el 100% de las reservas que produjimos durante el año”, resaltó al alertar que, incluso, con precios favorables, el país no logra compensar lo extraído.
Retos fiscales
El sector enfrenta, además, retos en términos fiscales. Cabrales destaca un entorno impositivo desfavorable que aumenta las cargas tributarias de forma “desproporcional e inequitativa”, lo que limita la capacidad de las empresas para reinvertir y expandir la producción.
“Si uno no reacciona a tiempo, pues no va a lograr corregir ese rumbo”, comentó al decir que es necesaria una revisión de las políticas fiscales actuales para no seguir en desventaja comparativa con otros países.
Déficit de gas
Ante el déficit de gas previsto para 2025, alertó sobre las consecuencias de una dependencia creciente en la importación del recurso.
“La importación del energético impactaría los precios para los usuarios finales, lo que podría llevar a una pérdida de competitividad, especialmente, para los sectores industriales que no pueden soportar precios internacionales elevados”, puntualizó. Esto, según él, podría, de manera eventual, llevar a una destrucción de la demanda de gas, lo que afecta la seguridad energética de las familias más vulnerables que no podrían afrontar un incremento en las tarifas.
También reflexionó sobre el estado del sector eléctrico, que, en medio de la transición energética, enfrenta dificultades similares o, incluso, más graves que la industria del gas.
Sector marchitado y estancado
Afirmó que “tenemos un sector de hidrocarburos que está bajando a velocidad, marchitándose poco a poco, un sector eléctrico estancado donde la mayor electrificación también se está ralentizando”. En este contexto, advirtió que Colombia está perdiendo su seguridad energética, un retroceso preocupante que el país no había experimentado en décadas.
Para contrarrestar estos riesgos, Cabrales recomendó que Colombia diversifique y amplíe las opciones de importación de gas. Sin embargo, alertó que en un mercado internacional que, cada vez, va a ser más retador, se enfrentarán a precios potencialmente más altos para el GNL (gas natural licuado), y nuevas terminales de importación de GLP (gas licuado de petróleo), lo que podría dificultar la situación.
“Estamos perdiendo nuestra seguridad energética”, enfatizó al instar a una acción concertada y rápida para corregir el curso.