Por petición de la Fiscalía General de la Nación, un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento en establecimiento carcelario a los hermanos William Fernando y Alexander Clavijo López, alias el Cojo y alias don Álex, señalados como presuntos articuladores de la red delictiva conocida como Los Lanister.
Esta organización es acusada de apropiarse ilegalmente de terrenos en la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá. Las capturas se produjeron el 2 de octubre de 2024, luego de una investigación realizada por un fiscal de la Seccional Bogotá, en colaboración con la Policía Nacional.
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Los hermanos Clavijo López fueron imputados por los delitos de concierto para delinquir, extorsión agravada y desplazamiento forzado.
Estas medidas surgen tras denuncias y elementos de prueba que los señalan como responsables de amenazar con armas de fuego e imponer extorsiones a los propietarios de lotes y viviendas, obligándolos a abandonar los predios.
De acuerdo con la Fiscalía, William Fernando y Alexander Clavijo López serían los encargados de concretar la venta de los bienes, utilizando documentación falsa para tomar posesión de los mismos y luego ofrecerlos nuevamente a la venta a través de redes sociales.
Estos actos delictivos mantuvieron a los compradores de dichos bienes en un constante estado de vulnerabilidad. Las personas que negociaban con los hermanos Clavijo López también eran víctimas de acciones violentas similares, lo que resultaba en la repetida apropiación ilegal y venta de los inmuebles.
Cómo “trabajan” las bandas criminales que realizan la urbanización ilegal
De acuerdo a una investigación realizada por El Espectador, una de las modalidades más comunes es la de las urbanizaciones piratas, que consiste en el fraccionamiento de terrenos sin autorización para su comercialización.
Estos terrenos no cumplen con las normas urbanísticas y carecen de servicios públicos adecuados, acceso vial y otras infraestructuras esenciales. Estas urbanizaciones suelen ubicarse en las zonas periféricas de la ciudad o en áreas de expansión urbana.
Otra modalidad se presenta en zonas consolidadas que están en proceso de cambio de uso del suelo, como aquellas que pasan de ser residenciales a comerciales o industriales.
En estos casos, las redes criminales crean escenarios de especulación inmobiliaria, expulsando a las comunidades locales para comprar propiedades a bajo costo y luego venderlas a precios elevados.
La especulación se puede fomentar mediante diversas estrategias. Una de ellas es la creación de pánico entre la comunidad sobre supuestos procesos de expropiación, lo que lleva a los propietarios a vender sus terrenos a precios bajos. Estos intermediarios, en complicidad con funcionarios públicos, adquieren los predios para luego especular con ellos.
Otra estrategia, según el medio citado, es donde agentes compran predios a bajo costo en zonas de renovación urbana y los arriendan a precios bajos, atrayendo a población marginal y utilizando los inmuebles para negocios ilícitos. Esta práctica reduce el valor de las propiedades en toda la manzana, permitiendo a los especuladores adquirir más terrenos a precios reducidos.
Un problema de ya hace muchos años
A pesar de que el problema de los ‘tierreros’ en Bogotá se viene presentando desde hace muchos años, las autoridades han intensificado sus esfuerzos para desmantelar una red delictiva dedicada a la estafa con terrenos ilegales. En lo que va del año, la Policía ha capturado a más de 40 personas involucradas en actividades de urbanización ilegal.
Las autoridades han centrado sus operativos en localidades como Usme, Ciudad Bolívar y Usaquén, donde se han incautado equipos y materiales utilizados en estas prácticas, como retroexcavadoras, postes y cables de energía.
La red delictiva, conocida como los ‘tierreros’, se aprovecha de personas vulnerables ofreciéndoles la venta de lotes en áreas prohibidas o de alto riesgo, como zonas de derrumbes, inundaciones o reservas forestales. Según las investigaciones, estas organizaciones engañan a los compradores con promesas de terrenos que no cumplen con las normativas legales.
La Comisión intersectorial para la gestión habitacional y el mejoramiento de asentamientos en Bogotá está trabajando en estrategias para prevenir estas prácticas ilegales.
La lucha contra los ‘tierreros’ es una prioridad para el Distrito, que hace un llamado urgente a la ciudadanía para que denuncie cualquier actividad sospechosa relacionada con la venta de terrenos ilegales.
Las autoridades recuerdan a los ciudadanos la importancia de verificar la legalidad de un lote o vivienda antes de adquirirlo.
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