Una fuerte discusión se registró en medio de la audiencia preparatoria del expresidente Álvaro Uribe Vélez, presidida por la jueza 44 de conocimiento de Bogotá, Sandra Liliana Heredia, llevada a cabo el 2 de octubre de 2024, en la que la defensa del procesado pidió el aplazamiento para poder revisar algunas pruebas. Pues, el abogado Jaime Granados, apoderado del exmandatario, tuvo acceso al celular y al computador de Juan Guillermo Monsalve, testigo clave del caso.
La jueza no permitió el aplazamiento, alegando que se trataría de una estrategia dilatoria por parte del abogado de Uribe. “Para evitar que el proceso se dilate en forma innecesaria porque, repito, el descubrimiento probatorio ya lo tuvo el señor defensor. Sino que podría también entonces el despacho asegurar que al defensa parte del principio de la mala fe en la Fiscalía y que esa copia espejo no corresponda entonces con la información que obtuvo de los originales que reposan en la Corte Suprema de Justicia. En manera alguna se puede suspender este acto procesal para realizar una verificación de una información con la que ya se cuenta desde el 12 de septiembre”, precisó.
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“Yo me siento sin garantías”
Más adelante, la jueza indicó al expresidente que debía expresar si acepta o no los cargos por los cuales se le acusa, que son: soborno, soborno en actuación penal y fraude procesal. Asimismo, explicó lo que se espera en su proceso, según su respuesta. En ese sentido, le solicitó confirmar si tiene claros los hechos por los cuales se están adelantando las audiencias preparatorias.
Uribe respondió: “Usted insiste en que aquí hay una actitud de dilatar, de desordenar la audiencia. No es así. Lo que pidió la defensa esta mañana, y yo tengo que ser muy coherente con la defensa, es que, al revisar, al entregar, al revisar la Corte apenas, casi en la noche del lunes, dos dispositivos necesarios para este proceso, el teléfono y el computador de Juan Guillermo Monsalve, no solamente teníamos derecho a revisar para esta audiencia preparatoria la copia espejo, sino los dispositivos”.
Según detalló, su defensa fue diligente y se mantuvo cumpliendo los protocolos de la Corte Suprema de Justicia, que tiene en su poder los dispositivos. De igual manera, recordó a la jueza que en septiembre aceptó que se requerían esas pruebas para incluirlas en el proceso penal.
“Ahora, no nos puede... a mí me parece muy grave, yo me siento sin garantías, señora juez, cuando me niegan esa prueba, porque mire: la copia espejo, ¿quién la ha hecho? Fue la corte y la Fiscalía, este es un proceso adversariado”, añadió, asegurando que, sin tener al alcance esas pruebas, no es posible para su defensa verificar su contenido y cotejarlo.
Luego, la jueza volvió a preguntar al procesado si tenía claros los hechos por los cuales se le está acusando. El expresidente contestó, afirmando que se le está adelantando un proceso sin permitirle verificar todas las pruebas. Entonces, informó que debía retirarse.
¿Culpable o inocente?: “Usted sabe cuál sería mi respuesta”
La jueza explicó que, en todo caso, antes de irse, Uribe podía expresar si se declara culpable o inocente de los cargos, a lo que el exmandatario contestó molesto: “Ay, señora juez, por Dios, ¿por qué me está llevando a esta etapa? Usted sabe cuál sería mi respuesta, pero es que aquí hay una cosa muy grave”.
La funcionaria interrumpió para explicar que no hay motivos para creer que ella sabría la respuesta del expresidente. “No tengo que darle... perdón señor Uribe, no tengo por qué saber, porque no tengo comunicación directa con ninguno de ustedes, con ninguno. Entonces, yo estoy simplemente cumpliendo un deber para el cual el Estado me ha nombrado, doctor. Indíqueme si se declara inocente o culpable, es muy fácil”, aclaró.
Uribe volvió a intervenir, reiterando que se le está negando el derecho a las pruebas en su caso, y que es un daño que debería ser corregido. “Me retiro, señora juez”, dijo.
“Bien pueda si así lo desea. Entonces, hemos de entender que como el señor procesado se ha retirado de la audiencia, su declaratoria es de inocencia”, concluyó la jueza, y procedió entonces a darle el uso de la palabra a la fiscal del caso para que solicitara las pruebas que haría valer en el juicio oral público y concentrado.