Estudiantes activaron un dispositivo de gas lacrimógeno en un colegio de Bogotá: una profesora y varios estudiantes resultaron afectados

Un grupo de padres de familia del colegio Sorrento, en la sede de Puente Aranda, Bogotá, realizó una protesta a las afueras de la institución educativa.

La manifestación se produjo después de que un supuesto gas lacrimógeno fuera activado en las aulas de clase, afectando a estudiantes y docentes.

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Los padres denuncian que no fueron notificados adecuadamente sobre el incidente y exigen una mejor comunicación y medidas de atención por parte de las directivas del colegio.

Según los padres, el incidente con el gas lacrimógeno dejó a una docente y a una estudiante de séptimo grado con síntomas respiratorios, por lo que tuvieron que recibir atención médica.

Este hecho ha generado preocupación entre los padres, quienes consideran que la falta de información y de protocolos claros pone en riesgo la seguridad de los estudiantes y del personal docente.

“... se vieron vinculados y afectados entre un promedio de 30 estudiantes y una docente. No tenemos ningún reporte oficial frente a eso y pues bueno, ya sabemos todos que el contexto general de la educación y de los colegios de Bogotá es preocupante”, dijo un padre de familia en conversaciones con el Citytv.

Los padres de familia también han señalado que existen otros problemas dentro de la institución, como el matoneo, que no están siendo abordados de manera efectiva. Por ello, han solicitado la instalación de mesas de diálogo con las autoridades escolares para tratar estos y otros temas que afectan el bienestar de los estudiantes.

En declaraciones a los medios, los padres expresaron su frustración por la falta de respuesta de las directivas del colegio. “Lo que pedimos es que las directivas no nos tomen como el pelo, sino que tomen las cosas que nosotros les estamos reclamando de una manera más seria”, afirmó uno de los padres, en conversaciones con Citytv.

La Secretaría de Educación ya está al tanto de la situación y ha indicado que se están llevando a cabo las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos y tomar las medidas necesarias. Los padres esperan que estas investigaciones conduzcan a mejoras en los protocolos de seguridad y en la comunicación entre la institución y las familias.

El colegio Sorrento ha sido conocido por mantener buenas relaciones entre padres y directivas, pero los recientes eventos han puesto en evidencia la necesidad de reforzar estas relaciones y de establecer canales de comunicación más efectivos para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los miembros de la comunidad educativa.

En respuesta a un violento incidente en el Colegio Villemar el Carmen en Fontibón, donde un estudiante fue agredido con un arma blanca por una compañera, la comunidad educativa ha tomado medidas. Los padres de familia se congregaron frente a la institución para exigir la implementación de medidas de seguridad más estrictas, incluyendo la instalación de cámaras de vigilancia en los puntos ciegos del colegio.

El ataque, que dejó al estudiante con muerte cerebral, ha generado una fuerte reacción entre los padres, quienes buscan prevenir futuros incidentes. Andrea del Busto, una de las madres presentes en la protesta, expresó su solidaridad con la familia del menor afectado y subrayó la necesidad de proteger a todos los estudiantes. “Estamos aquí para apoyar a la madre del menor herido. Como madre, no quisiera recibir a mis hijos en una situación así”.

La solicitud de instalar cámaras de seguridad no es nueva. Según los padres, esta petición fue formalizada hace aproximadamente dos meses y cuenta con un acta firmada por la institución, la Secretaría de Educación y la Alcaldía de Fontibón.

Sin embargo, hasta la fecha, no se han tomado acciones concretas para atender esta demanda. “Estamos exigiendo a la Secretaría de Educación que implemente cámaras dentro del colegio, especialmente en puntos estratégicos como las escaleras, donde no sabemos qué están haciendo los niños”, añadió del Busto.

Además de las cámaras, los padres también han solicitado un mayor acompañamiento por parte de la Policía Metropolitana, ya que actualmente solo hay dos agentes asignados para todas las instituciones de la localidad. Esta situación, según los manifestantes, es insuficiente para garantizar la seguridad de los estudiantes.

El caso ha puesto en evidencia la necesidad de revisar y mejorar las medidas de seguridad en las instituciones educativas. Los padres esperan que su protesta sirva como un llamado de atención a las autoridades para que tomen acciones inmediatas y efectivas. La comunidad educativa de Fontibón sigue en alerta, buscando asegurar un entorno seguro para sus hijos.