Rafael Bigio es un colombiano que vive en Israel y compartió su experiencia desde un búnker en el que se refugia mientras Irán ataca con misiles varias ciudades israelíes. En diálogo con Blu Radio, contó el ambiente de tensión que hay, además del constante peligro en el que se encuentra junto a los demás habitantes de la zona.
El compatriota, de 35 años de edad, está en Holón, una ciudad que queda a tan solo 20 minutos de Tel Aviv, desde donde describió el momento exacto en el que comenzaron a sonar las alarmas y las sirenas para alertar a la población de los misiles que se estaban enviando desde Irán.
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“Estamos resguardados, ya que hubo hace más o menos hora y media terroristas en Yaffo, que es en la ciudad sur de Tel Aviv, mataron a cuatro personas y a 10 heridos más o menos y después de unos minutos empezaron los cohetes desde Irán”, comentó.
Rafael agregó que la presencia de estos sujetos llegó acompañada de los bombardeos, en ese momento las personas comenzaron a correr hacia sus búnkeres para protegerse del ataque.
Bigio aseguró que este conflicto se intensificó recientemente con la muerte de un importante líder en Irán. “Todo empezó desde que mataron a Nasrallah, hace dos, tres días lo encontraron y lo mataron en Beirut”, dijo, refiriéndose al comandante de Hezbollah. Esto, agregado con las festividades judías y el día 7 de octubre, que es una fecha clave en el calendario de esta guerra, ha agudizado los últimos actos de violencia.
El colombiano reflejó cómo es vivir en constante riesgo, rodeado de sirenas y refugios. “Nos dieron la alarma por los celulares, tenemos una app especial que nos avisa cuando debemos resguardarnos”, añadió.
La mayoría de hogares en Israel están equipados con búnkeres que les permite salvaguardar sus vidas sin la necesidad de trasladarse hacia otro lugar. El colombiano señaló que en estos refugios hay suficiente agua y comida para resistir hasta dos semanas.
“Tenemos lo necesario como para dos semanas más o menos”, mencionó, comentando los preparativos que junto a su novia realizaron el pasado fin de semana. Por otro lado, subrayó que aunque al principio las alarmas fueron atemorizantes, las personas se van acostumbrando poco a poco.
“Es triste decirlo, uno se acostumbra. Uno ya sabe, listo, me tengo que esconder acá o me puedo esconder allá”, relató, haciendo énfasis en la necesidad de encontrar un lugar en donde refugiarse inmediatamente comiencen a sonar las alarmas.
Bigio describió la manera en la que las explosiones se escuchan y hacen vibrar su casa, una situación que genera una gran sensación de vulnerabilidad. “Es como si uno estuviera en la casa y escucha una ambulancia o algo así por el estilo, pero en este caso, son explosiones”, indicó, pues los fuertes sonidos de los impactos hacen que las casas tiemblen.
Pese a que no ha visto los misiles de manera directa, Rafael aseguró que los observó por televisión, y que ha sentido las explosiones encima de su vivienda. Esta clase de ataques se han convertido en el día a día de los ciudadanos de Israel.
Aunque la situación es grave, el colombiano aseguró que no tiene planeado regresar al país, ya que se siente más seguro allá, incluso bajo la amenaza de los misiles. “Prefiero estar en mi casa, fuera de casa, que llegar a Colombia y que me vean la estrella de David o algo y que me hagan algo por ser judío”, resaltó.