Una columna publicada por el periodista Daniel Coronell en la revista Cambio encendió una polémica en torno al congresista David Racero, miembro de la coalición del Pacto Histórico, por posibles irregularidades relacionadas con su gestión en la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL). El comunicador hizo referencia a una serie de conversaciones de WhatsApp que sugieren que el representante podría haber incurrido en prácticas indebidas con sus colaboradores, como supuestas exigencias monetarias hacia sus asesores y la posible utilización de estos en actividades ajenas a sus labores oficiales.
Uno de los principales testimonios señalados por Coronell se relaciona con Estefanía Montoya, exasesora de la UTL de Racero, y esposa de Yidis Gahona, que también fue asesor del representante y renunció en medio de un escándalo de acoso sexual, de acuerdo con la columna mencionada. Según los mensajes revelados por el periodista, la mujer aparentemente le transfería mensualmente parte de su salario al congresista, esto al revelarse una conversación que data del 22 de diciembre de 2019, en el que se evidencia lo siguiente:
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- “Hola David, ayer te llamábamos con Yidis para eso. Cada mes me pagan $8.158.000. Le doy a Yidis $3.500.000. Yo tomo $4.300.000. Quedan $358.000″.
- “OK. Tenlo ahí” – respondió Racero.
Esta conversación generó suspicacias, al sugerir que Montoya pudo transferir parte de su salario como una especie de “peaje”. Ante esta acusación, Racero defendió la naturaleza de estos mensajes, indicando que se trataban de simples préstamos entre amigos, de acuerdo con el texto de la columna.
Otro ejemplo de una posible conducta indebida ocurrió el 24 de mayo de 2019, cuando Racero le pidió a Montoya que depositara dinero en su tarjeta de crédito, pero esta solicitud despertó dudas sobre la naturaleza de la deuda entre ambos y si estas transacciones eran parte de un préstamo o si podrían ser interpretadas como una obligación impuesta por el congresista del Pacto Histórico.
Estefanía Montoya se pronunció sobre la columna de Daniel Coronell
Tras la publicación de la columna, Estefanía Montoya utilizó sus redes sociales para responder a las acusaciones en un comunicado público, en el que negó cualquier conducta indebida durante su tiempo trabajando con Racero. En su mensaje, la mujer fue enfática al afirmar que las conversaciones habían sido sacadas de contexto y que los intercambios de dinero entre ella y el congresista eran de carácter privado y basados en la amistad.
“Frente a las acusaciones en contra de David Racero, y atendiendo a que me involucran personalmente, me permito manifestar lo siguiente: conozco a David desde hace más de 15 años, cuando realizábamos estudios de posgrado en la Universidad Nacional. Lo considero una gran persona, un líder político comprometido y, sobre todo, un buen amigo”, afirmó Montoya en su comunicado.
La declaración de Montoya enfatiza que jamás hubo “una conducta indebida, ninguna exigencia monetaria, ningún tipo de constreñimiento o exigencia” durante los periodos en que trabajó en la UTL de Racero. Negó de manera contundente cualquier tipo de esquema de “peaje” relacionado con su salario o las funciones desempeñadas en su cargo. “Siempre desempeñé mi trabajo con la excelencia propia de mi nivel profesional, con la confianza, que aún poseo, en que estamos transformando el futuro de Colombia”, agregó.
La mujer también abordó las conversaciones que fueron interpretadas como pruebas de transacciones irregulares. Según explicó, estos intercambios de dinero obedecieron a préstamos mutuos dentro de un contexto de amistad y no a una obligación o exigencia de parte de Racero.
“Entre nosotros, y atendiendo a cuestiones privadas del ámbito de la amistad, hubo ocasiones en las cuales nos prestábamos dinero de manera temporal, tanto él a mí como yo a él, como alcanza a evidenciarse en los chats interceptados que fueron publicados. No existe ningún asomo de duda sobre el carácter lícito de esos recursos e, insisto, en ningún momento obedecieron a un acuerdo irregular”, afirmó categóricamente.