En 2022, nació Magdalena, la hija de la cantante y jurado del reality La Descarga Mónica Andrea Vives Orozco, conocida como Maía, era esperada. Desde niña se imaginó siendo madre, pero desde que cumplió 36 o 37 años, tuvo claro que quería ser madre. Sin embargo, cumplir con ese sueño fue difícil y le costó varios años de esfuerzo y de paciencia. Esa situación resultó ser todo un reto para ella, pero también para su esposo, Alberto Bossio, y, por ende, para su relación.
Según explicó en el programa Desnúdate con Eva, dirigido por la periodista Eva Rey, sus ansias de quedar en embarazo y maternar generaron fueron evidentes. Adoptó una actitud problemática al reconocer la complejidad de ser mamá. “Hubo mucha tensión, pero, debido a mi actitud”, precisó la intérprete de la reconocida canción Ingenuidad.
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Sin embargo, su forma de pensar y de actuar fueron totalmente contrarias a la de su pareja, que tiende a ser tranquilo y a afrontar las dificultades con una perspectiva más positiva. De hecho, de acuerdo con el relato de Maía, Bossio no sentía presión o rabia por el hecho de no poder tener un hijo, mientras que la cantante barranquillera sí tuvo que afrontar esas emociones en medio de la búsqueda de un embrazo.
“Mi marido es un hombre muy calmado, muy sereno, hasta en momentos muy difíciles de la vida; yo me desparramo. Él siempre tiene la capacidad de manejar la perspectiva y yo soy muy pasional”, explicó en el programa.
La tensión creció porque, recurrentemente, Maía tomaba una postura negativa con respecto a la vida, recalcándose que, a pesar de que se esforzaba y recurría a todos los procedimientos y ayudas posibles para lograr ser mamá, no lo lograba. “Eso causa aburrimiento (sic). Eso era un problema en mi universo, eso era un problema mental”, aclaró.
En entrevista con la revista Vea, contó que, en aras de cumplir su objetivo, una de las opciones a la que recurrió es la inyección de hormonas de fertilidad. Estuvo en tratamiento durante cuatro meses, pero no fue posible. “Yo dije: ‘Señor, está bien, no es lo mío, este universo y esta vida es mi marido, Amelia, la hija de mi esposo, que la tengo desde los cuatro años como si fuera mi hija y yo’”, confesó en conversación con el medio citado.
También identificó los mejores momentos para tener relaciones sexuales con su pareja, sabiendo que había una alta probabilidad de quedar embarazada, lo cual resultó ser una exigencia agotara. “Se estaba convirtiendo en una cosa harta, imagínate, un marido, que queremos disfrutar de que estamos juntos, que al fin nos encontramos, que mira, que mira, que aquí se hace el amor, estés o no estés, a las 7:00 de la noche y a veces uno está mamado, o sea, uno no quiere hacer nada”, confesó la cantante. Su esposo le decía que quería dormir un poco antes de tener relaciones.
Entonces, el disfrute del sexo pasó a un segundo plano, porque se convirtió en una tarea “de una clase que detestas” que debía cumplirse y no en una situación espontánea, llena de amor y de diversión: “Ya no estaba siendo chévere (sic). Estaba dañando mi matrimonio”, concluyó en el programa.
En medio de sus múltiples intentos, finalmente, pudo lograr su cometido, y llegó Magdalena a su vida. Fue algo que, desde su creencia espiritual, agradeció. “Comencé a hacer el disco y a los tres meses quedé embarazada. Me arrodillé en el baño de mi casa y le di tantas gracias a papá Dios, a los ángeles por ese momento”, expresó a la revista Vea.