Jorge Cao es un rostro esencial para entender el desarrollo de las telenovelas en América Latina. El actor cubano nacionalizado colombiano se radicó en el país desde 1994 tras desarrollar una larga trayectoria en la isla tanto en teatro como en televisión.
Una vez arribó al país comenzó a tomar impulso gracias a su participación en La sombra del deseo y La mujer del presidente, abriéndole paso a sus primeras producciones en los Estados Unidos. La venganza y Pasión de gavilanes (ambas para la cadena Telemundo en coproducción con Caracol Televisión), lo transformaron en un actor solicitado a nivel internacional más allá de que mantuvo su presencia habitual en producciones colombianas como El último matrimonio feliz, A corazón abierto y La ley del corazón 2.
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De todos ellos y pese a que buena parte de su reputación se construyó con papeles antagonistas, quizás el personaje más recordado de Cao es el de Don Martín Acevedo, el abuelo de las hermanas Elizondo en Pasión de gavilanes. Su interpretación equilibró la comedia y la sensibilidad para guiar con su experiencia en la vida tanto a sus nietas como a su hija Gabriela (interpretada por Kristina Lilley) a través de las dificultades que atravesaron durante la telenovela emitida entre 2003 y 2004.
Cuando se anunció el regreso del elenco original para una segunda parte, se esperaba que el actor retomara su papel, pero finalmente esto no sucedió y su lugar lo asumió Germán Quintero. Sobre esta ausencia habló el cubano en Claroscuro, el ciclo de entrevistas de El Espectador, en la que contó cómo desarrolló el personaje y su impacto entre los televidentes, al punto que influyó en su proyecto más reciente: su participación en la película Los iniciados 2, de Prime Video e inspirada en el libro de Mario Mendoza.
“Cuando hice hace muchos años, como 20 o 21 años, Pasión de Gavilanes y empecé a hacer debate en las universidades y todas esas cosas, yo sentí que los jóvenes tenían una predilección por Martín Acevedo, el viejo que yo soy, el abuelo”, comentó inicialmente. “Yo decía ‘¿qué pasa?’, porque es demasiado lo que está pasando. Eso me pasó en Colombia, me pasó en Los Ángeles, me pasó en América Latina, prácticamente en todos los países y llegué a España y era peor”, dijo, apuntando a una dinámica social que le hizo entender el motivo de esa fascinación con su personaje.
“Empecé a investigar el tema y es que los abuelos han desaparecido de nuestra familia. La sabiduría de la vida, la incondicionalidad de un abuelo con sus nietos, ya no está tan presente en la familia (...) Me di cuenta de que entonces los más jóvenes estaban necesitados del abuelo”, afirmó, comentando que desde entonces viene abordando esta situación en distintos proyectos que incluyen el teatro y, ahora, su presencia en Los iniciados 2.
Acto seguido, Cao explicó cómo creó el personaje de Martín Acevedo en Pasión de gavilanes. “Yo quise hacer el abuelo ideal, ese ser humano que viene de vuelta de todo. Que se las sabe todas realmente porque las ha vivido. Tiene una experiencia de vida inmensa, que no se alarma de nada, pero que tiene un corazón inmenso y unas ganas de vivir tremenda. De tomarse un trago, de dar una palmada en la nalga a una vieja en el bar, de enamorarse, de ser compinche de sus nietas, de aclararle como hombre cómo debían ser las relaciones y dar el consejo”, expresó.
El actor describió a Martín como “un abuelo fantástico” y reveló que se inspiró en dos familiares suyos. “Un tío abuelo que era un viejo tan loco y divertido que contaba cuentos y otro tío que murió de amor”, recordó, aludiendo que cuando se vio en la pantalla encarnó rasgos de ambos y eso fue clave para hacerlo un personaje tan amado por los televidentes. “Por muy fantástico que yo lo haya hecho es creíble y te da la ilusión de decir ‘yo quiero ese abuelo’”, dijo.
Por ese motivo cuando revisó los libretos de la segunda parte de Pasión de gavilanes, el actor no se sintió igual de identificado desde el escrito para alcanzar una interpretación similar. “Cuando yo leí me dije ‘no, ese Martín no es el que yo quiero hacer. Ese Martín no es lo que el público que me sigue quería ver’. Con el dolor de mi alma tuve que decir no y echar para atrás el contrato. Fue difícil, pero lo logré”, afirmó.