En 2014 estalló el escándalo de prostitución al interior de la Policía Nacional, conocido como la comunidad del anillo, que llevó a la condena de dos coroneles retirados (Jerson Jair Castellanos Soto y Wilmer Torres Orjuela) por haber forzado a varios cadetes a ejercer actividades sexuales. Una de las víctimas de esta red de explotación sexual es el excapitán Ányelo Palacios, que denunció los hechos ante las autoridades y los medios de comunicación.
“Estos hechos ocurrieron en 2004, y no fui la única víctima; hubo muchas personas más que fueron víctimas como yo”, aseguró el ex integrante de la fuerza pública en conversación con la revista Semana.
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Luego de haber hecho la denuncia y de haber salido de la institución por la puerta de atrás mediante incriminaciones falsas, el ciudadano decidió irse del país e instalarse en Estados Unidos. Sin embargo, estando lejos de Colombia, siente temor por su vida y la de su familia. Aseguró que el ambiente de inseguridad que percibe no es nuevo y que en varias oportunidades se ha dirigido al presidente Gustavo Petro y al director de la Policía Nacional, general William René Salamanca Ramírez.
“Tengo temor de que me quieran callar. Y eso me preocupa mucho, sobre todo, por mi familia, ya que en muchos escenarios le he pedido al presidente de la República y al director de la Policía protección para ellos, pero me siento abandonado”, aseveró Palacios al medio citado.
Según explicó, hay situaciones que lo han alertado, como el ingreso de personas desconocidas a una casa que tiene en Cúcuta (Norte de Santander). En cierto momento, pensó que se trataría de un hurto, pero descubrió que no habían robado nada. En ese sentido, aunque vive fuera del país, siente temor por la seguridad de sus seres queridos que sí residen allí. “Es como si estuvieran buscando algo específico. Por eso me preocupo, porque yo estoy en Estados Unidos, pero mi familia está en Colombia. Estoy preocupado por mi familia”, precisó.
En consecuencia, nuevamente, instó al primer mandatario y al director de la Policía Nacional a brindar seguridad a su familia en Colombia. En caso de que esa petición no pueda ser cumplida, solicitó ayuda para llevar a sus allegados a Estados Unidos, para que su integridad y su vida no corran peligro.
A estos hechos se suma que, presuntamente, la red de explotación sexual que destapó todavía podría estar funcionando en la Policía Nacional. Pues, según aclaró en la entrevista, en 2022, antes de viajar al país norteamericano, supo que la comunidad del anillo seguía operando con normalidad al interior de la institución y, además, en otras entidades.
“Para nadie es un secreto que hay muchas personas que todavía hacen parte de otras instituciones y que les da miedo denunciar por lo que me pasó a mí. La comunidad del anillo sigue existiendo”, aseveró a la revista.
¿Cómo funcionó la comunidad del anillo?
De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, los dos excoroneles en retiro Jerson Jair Castellanos Soto y Wilmer Torres Orjuela fueron piezas clave dentro de la red de explotación. El fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos indicó que entre de 2005 y 2006, Castellanos Soto frecuentó la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Santander con el fin de buscar, seducir, amenazar y obligar a jóvenes uniformados a ejercer actividades sexuales.
Torres Orjuela, por su parte, se encargaba de intimidar a las víctimas para que aceptaran tener encuentros sexuales con el excoronel. “Por lo menos, cinco alféreces que, en medio de presiones y la amenaza de que no podrían seguir la carrera policial, accedieron a reunirse con el coronel en retiro Castellanos Soto, quien para la época se desempeñaba como jefe de seguridad del Congreso de la República”, detalló el ente acusador en un comunicado.