En los últimos días, la violencia ha vuelto a hacerse presente en la zona montañosa del municipio de Tuluá, Valle del Cauca. Los constantes enfrentamientos entre disidencias de las Farc han generado gran preocupación y consternación en la región, afectando directamente a la población civil que reside en el corregimiento de Santa Lucía y otras áreas rurales cercanas. Las comunidades de la zona se encuentran en alerta humanitaria debido a los enfrentamientos armados entre la columna Adán Izquierdo del Estado Mayor Central (EMC) y el frente 57 Yair Bermúdez, dos grupos residuales que intentan consolidar el control territorial sobre las economías ilegales de la región.
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Estos enfrentamientos no solo han incrementado la tensión en la región, también han afectado la tranquilidad y la paz de la comunidad campesina, quienes se encuentran en medio de esta disputa. Aunque no se ha confirmado la presencia de civiles heridos durante los enfrentamientos, el temor persiste entre las familias, quienes deben lidiar con las constantes amenazas y el riesgo de represalias por parte de los actores armados.
Las tropas del Ejército Nacional se han desplegado en Santa Lucía y las veredas aledañas, intentando restablecer el orden y proteger a la comunidad, pero el clima de inseguridad sigue siendo una realidad que afecta cada aspecto de la vida de los habitantes.
El secretario de Gobierno de Tuluá, Martín Hincapié, expresó su indignación ante los recientes eventos, haciendo un fuerte llamado al Gobierno Nacional para que intervenga y busque una solución efectiva a la crisis. “Hacemos un llamado al Alto Comisionado para la Paz que revise esta situación, las disidencias están enfrentándose con las mismas disidencias y esto pone en jaque a la comunidad. Esto pone en jaque a la comunidad, porque los unos señalan a los campesinos de ser colaboradores de los otros. Esto es una actuación cobarde y lo hacen desquitándose con la comunidad”, manifestó Hincapié.
Ante la complejidad de la situación, los líderes comunitarios y las autoridades locales han solicitado con urgencia la intervención del Gobierno Nacional y de las instituciones de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales.
El problema de las disidencias
Las disidencias de las Farc son grupos armados que se formaron después del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Este acuerdo llevó a la desmovilización de la mayoría de los combatientes, quienes dejaron las armas y se integraron a la vida civil. Sin embargo, algunos guerrilleros decidieron no acogerse al proceso de paz, mientras otros volvieron a tomar las armas, desconfiando del cumplimiento de los compromisos estatales, lo que resultó en la aparición de diversas disidencias.
Estas disidencias no son un grupo monolítico, sino que están fragmentadas en distintas facciones, cada una con sus propios líderes, motivaciones y territorios de operación. Algunas de las principales disidencias son la llamada Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez, y los Frentes encabezados por alias Gentil Duarte, que representan dos de los grupos más influyentes.
El enfrentamiento entre estas disidencias tiene varias causas. Primero, existe una lucha por el control de territorios estratégicos, especialmente aquellos ricos en recursos naturales o que sirven para el narcotráfico, como cultivos ilícitos y rutas de transporte de cocaína. Estas zonas también son clave para actividades como la minería ilegal, que proporciona recursos para financiarse. La lucha por estos territorios ha generado enfrentamientos entre facciones que buscan el dominio de los beneficios económicos.
Además, hay diferencias ideológicas y de liderazgo. La Segunda Marquetalia intenta mantener la bandera de la lucha política, argumentando que el acuerdo de paz fue incumplido, mientras que otros grupos, como los que lideraba Gentil Duarte, se centran más en mantener el control territorial sin mayor pretensión política. Esta diferencia de enfoques ha generado tensiones entre las disidencias, que también se disputan lealtades entre antiguos guerrilleros.