Lady Noriega confesó que le “duele” asumir los cambios físicos que llegan con la edad: “Sale ‘la pata de gallina’”

La actriz y cantante Lady Noriega, reconocida por su papel en la reconocida novela Pasión de Gavilanes, interpretando a Pepita Ronderos, amiga de Rosario Montes, encarnada por Zharick León, confesó cómo se siente con respecto al paso de los años y lo que eso implica para el cuerpo y para la mente, sobre todo, de las mujeres. Pues, aseguró que la juventud está llena de beneficios, pero el tiempo que dura, en realidad, es muy corto.

Debido a la agilidad con la que llegan los años, la intérprete de canciones como Mi soledad y yo, Maldito amor, Fiera Inquieta y Pecado Mío, aseguró que le “duele” evidenciar que la juventud ya no está y que, sin ella, empiezan a aparecer cambios físicos que no son de su agrado.

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“La belleza, yo siempre he dicho que es una traicionera, de hecho le hice una canción que se llama Belleza belleza, y esa canción habla de mi relación con ella, de que cómo es posible que ella llegó, estuvo un ratico y se fue, y sin dolor se despide”, explicó la cantante, en conversación con Vanessa de la Torre en el programa Geniales y Mayores (que yo) de Caracol Radio.

Añadió: “Duele porque es que pasa muy rápido, es tan efímera, es tan traicionera. Llega un ratico, brilla impresionantemente y cuando se despide empieza toda esa transformación que cuesta aceptar”.

Afirmó que en las mujeres las transformaciones en el cuerpo no solo involucran factores físicos, sino también hormonales, que empiezan a ser notorios. “Ves cómo se va adelgazando el labio, cómo sale ‘la pata de gallina’, cómo sale la resequedad, cómo vienen las pecas, cómo el cabello ya volviéndose otro, cómo el busto”, detalló la actriz.

Todos esos cambios los empezó a notar cuando tenía 32 años -ahora tiene 53 años-, lo que generó molestia en la cantante, porque resultaba difícil aceptar que esa belleza que, desde su perspectiva, tenía en cierto momento de su vida, ya no iba a ser igual nunca más. “Para mí fue muy duro”, indicó, explicando que considera que su mejor momento, hablando de aspecto físico, fue cuando tenía 27 años. Para entonces, lo que veía en el espejo era satisfactorio y de su completo agrado.

“Es que yo a los 27...”, dijo entre risas, resaltando lo que entonces le parecía hermoso de ella: su sonrisa, su peso y su piel, además de que, para entonces, se sentía una “mujer empoderada”.

Sin embargo, destacó que se considera una mujer bella, con todo los cambios que ha tenido su cuerpo, y se seguirá sintiendo así cuando cumpla 80 años. Eso no quiere decir, que el reconocer su belleza esté limitado a cómo se ve físicamente, sino a cómo se siente con ella misma. “Me siento bella porque yo me quiero, porque yo tengo mucho amor propio”, precisó.

Ese cariño y respeto que se tiene a sí misma la han llevado a poner límites y establecer qué es lo que le hace bien, priorizando una alimentación saludable y el ejercicio.

La artista de música popular ya se había referido con anterioridad al concepto de belleza y lo que ha hecho para mantenerla. En el programa La Red, confesó que nunca estuvo interesada en hacerse intervenciones en su rostro, pero que la presión por su trabajo y sus seguidores la llevaron a tomar la decisión de hacerse unos retoques. “El público y el medio ejercen una presión social por exigirte una imagen visualmente linda”, expresó.

Entre los procedimientos que se ha hecho está el bótox, utilizado para eliminar o disimular las arrugas que naturalmente se forman en la piel con el paso del tiempo. “El bótox es lo más harto y doloroso, si ustedes me hacen zoom al rostro van a verme las arrugas y patas de gallina porque yo aplazo los más que pueda estas sesiones”, confesó.