Juliana Galvis calificó de “aburridor” el tener que realizar escenas de cama: “Genuinamente no soy yo”

La bumanguesa habló en profundidad durante una reciente entrevista de los inicios de su carrera como actriz

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Juliana Galvis recordó sus inicios en la televisión y la manera en que lidia con las escenas de pasión, que tachó de "aburridas" - crédito Juliana Galvis/Instagram
Juliana Galvis recordó sus inicios en la televisión y la manera en que lidia con las escenas de pasión, que tachó de "aburridas" - crédito Juliana Galvis/Instagram

Reconocida por su versatilidad y sus papeles como protagonista, antagonista o de reparto, Juliana Galvis se labró una carrera que ya roza los 30 años en la televisión y le permitió sumarse a la lista de intérpretes nacionales que se hicieron un lugar en producciones extranjeras, al punto de participar en producciones de Telemundo y Univisión, y hasta en Netflix con su papel en Perfil falso.

Su trabajo en producciones como El cartel de los sapos, La Pola, Hilos de amor, Corazones blindados, Anónima, El general Naranjo o La venganza de Analía la volvieron un rostro habitual para los televidentes, pero detrás de su figuración en varias de las telenovelas más exitosas en lo corrido del siglo se esconde la historia de alguien que debió luchar por ese lugar con todo lo que tenía.

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Así lo recordó la santandereana durante su paso por Sin Filtro, sección digital de Revista Semana. Allí recordó sus inicios en el medio cuando se sumó al canal TRO, la Televisión Regional del Oriente que emite en los departamentos de Santander y Norte de Santander. Allí se desempeñó en distintos roles, destacando como presentadora y recordó que “me pagaban bien para lo que yo necesitaba en ese momento”, al punto que ahorró para mudarse a Bogotá y perseguir su sueño de ser actriz, pese a la oposición de su mamá que prefería que ejerciera su carrera de Administración de Empresas.

“Salí muy pequeña del colegio y le dije a mi mamá que quería ser actriz, pero me dijo que yo estaba loca y que debía buscar una carrera seria porque me iba a morir de hambre. Para ella era terrible todo esto y se negó”, dijo al respecto.

Aunque en 2003 comenzó a tener papeles en la televisión, fue con su aparición en El cartel de los sapos interpretando a Eliana Saldarriaga de Cadena que los colombianos comenzaron a identificarla con más frecuencia en la calle. “Antes me veían tal vez como modelo y ni siquiera sabían mi nombre. Pero El cartel fue un exitazo y desde ahí todavía llego a algunos lugares y todavía me recuerdan como Eliana”, señaló.

“Antes yo no era consciente de eso, yo siento que es como magia, llegas al set y te sientes otra persona. Por muchos años no hacía cierre, llegaba al set me sentía como el otro personaje y chao. Pero siempre se me quedaba un poquito pegado algo de, porque le estás prestando tu alma, tu forma de sentir y tu cabeza que está viviendo dentro de ti”, indicó.

“Hoy en día si hago cierres cuando salgo del set para que no se me quede esa energía, porque cuando hice a Carolina Valencia [personaje antagonista en La venganza de Analía], una mujer que tenía muchos problemas emocionales y una energía super pesada, me empezaron a pasar cosas rarísimas. Se me dañaban los electrodomésticos, me robaban”, dijo, añadiendo que actualmente tiene algunos rituales personales para separar el personaje de la persona real.

Cuando le preguntaron cómo lidiaba con las escenas de pasión y, sobre todo, con las escenas de cama, Juliana calificó que encontraba “aburridor” hacer dichas grabaciones, más allá de que entiende que forma parte del proceso de interpretar un personaje de ficción.

“Es aburridor porque tú le estás prestando tu cuerpo a ese personaje. Evidentemente, no hay una relación con quien actúas, pero como entras al set no eres tú, es otra persona la que siente, a la que le gusta o la que sufre. Es raro de explicar, pero es la realidad. Genuinamente no soy yo (...) Es un poco desdoblarse. es sentir distinto. Es meterse en un libreto e interpretar. Mi cerebro entiende lo que se debe hacer y ya está”.

Con todo, Galvis admitió que no puede evitar sentirse cohibida en ocasiones. “Pena sí hay porque mucha gente está mirando, y están las cámaras. Tu genuinamente quieres que la escena no dure tanto, pero todos los seres humanos sentimos pena, tenemos intimidad”, recalcó.

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