Atlético Mineiro y Fluminense protagonizaron una de las llaves más emocionantes de los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El vigente campeón, con los colombianos Jhon Arias y Kevin Serna, no logró mantener la ventaja obtenida en el partido de ida, y el marcador global quedó 2-1 a favor de Mineiro. Ahora, el equipo brasileño se medirá en semifinales contra River Plate, que cuenta con Miguel Borja como goleador.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
A pesar del vibrante juego entre ambos equipos brasileños, el árbitro colombiano Wilmar Roldán se robó el protagonismo debido a una polémica decisión en el segundo tiempo.
En el minuto 73, el jugador de Fluminense, Facundo Bernal, cometió una dura infracción al pisar el tobillo del defensor Lyanco. Aunque la acción fue revisada por el VAR, Roldán decidió sancionarla únicamente con una tarjeta amarilla, lo que generó controversia por la aparente gravedad de la falta.
Aunque la falta no parece ser producto de mala intención, sino de un destiempo que resultó en un imprudente choque, el impacto pudo haber causado una lesión grave al jugador de Atlético Mineiro. Por ello, muchos en el estadio esperaban que la sanción fuera una tarjeta roja, considerando la peligrosidad de la acción.
La controvertida decisión del árbitro colombiano no solo generó descontento entre los jugadores e hinchas del Atlético Mineiro, sino que, además, reavivó la polémica cuando el video del incidente circuló. La comparación con una jugada similar, en la que Roldán expulsó de inmediato al infractor, ha avivado las críticas por la falta de consistencia en sus decisiones, ya que en aquella ocasión mostró un carácter más firme que en el choque entre Bernal y Lyanco.
La decisión cuestionada ocurrió en agosto, durante el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana. En ese encuentro, Cruzeiro recibió a Boca Juniors en un emocionante duelo que se definió desde el punto penal. El conjunto brasileño se impuso en la tanda, ganando 2 (5) - 2 (4).
Pero este juego a parte de la igualdad en el marcador estuvo marcado por la decisión de Wilmar Roldán que decidió expulsar un jugador desde el minuto 1 de juego. Se trató del lateral de Boca Juniors, Luis Advíncula, quien tras una fuerte falta vio la cartulina roja.
La falta cometida por el peruano sobre el jugador de Cruzeiro fue muy similar a la ocurrida en el encuentro entre Fluminense y Atlético Mineiro. Incluso, Advíncula levantó las manos en señal de que la acción había sido involuntaria. Sin embargo, en esa ocasión, Roldán no dudó en llevarse la mano al bolsillo y expulsar al jugador, apenas un minuto después de comenzado el partido, mostrando una firmeza que contrastó con su decisión en el partido de Libertadores.
Esta diferencia en la aplicación de las sanciones ha provocado que tanto aficionados como medios deportivos cuestionen su criterio en situaciones clave, resaltando la importancia de la uniformidad en las decisiones arbitrales por parte del colombiano.
Las faltas que pueden ser sancionadas con tarjeta roja incluyen aquellas que impliquen juego violento o conducta antideportiva grave. Entre ellas, destacan las entradas que pongan en peligro la integridad física del oponente, como pisotones, golpes con los codos, patadas desproporcionadas o cualquier acción con uso excesivo de fuerza. También se considera merecedora de tarjeta roja la conducta violenta fuera de la disputa del balón, como puñetazos, escupitajos o agresiones directas.
Por otro lado, las faltas que generalmente no son sancionadas con tarjeta roja incluyen infracciones leves o por descuido, donde no hay intención de causar daño. Ejemplos de esto son las faltas por destiempo, tropiezos accidentales o empujones sin mayor consecuencia. En estos casos, suele aplicarse la tarjeta amarilla o simplemente sancionar la falta, según la gravedad. El criterio del árbitro y la evaluación de la peligrosidad de la acción juegan un papel clave en la decisión final.