La Universidad de Antioquia se encuentra en una delicada situación financiera que no atraviesa su mejor momento. Esta institución, que es una de las universidades más respetadas del país, ha tenido inconvenientes con el pago de salarios y el cumplimiento de sus obligaciones.
La entidad se embarcó en un ambicioso proyecto que tiene el objetivo de solventar su situación económica. Por otro lado, para el rector John Jairo Arboleda, hay un problema estructural en el financiamiento de todas las universidades públicas de Colombia, que amenaza con que estas dificultades sean cada vez más frecuentes.
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El rector, en entrevista con El Tiempo, buscó brindar tranquilidad a los docentes y estudiantes, y pidió que se avance en la reforma a los artículos 86 y 87 de la Ley 30 de 1992, que establece la financiación de las instituciones.
“Para finalizar el año necesitamos, con todas las obligaciones que tenemos, unos 136.000 millones de pesos. Hemos combinado varias estrategias que nos permitan contar con esos recursos. Hay un llamado del señor ministro de Educación alrededor proteger y respaldar a la institución. Estamos citados a una reunión el primero de octubre en el despacho del señor ministro, se ha invitado también a otras autoridades locales y departamentales, así que esperamos tener los recursos suficientes para pasar la página”, comentó el rector.
Arboleda indicó que la crisis se generó porque en el mes de mayo varios factores se combinaron, pues hubo una demora de recursos que debían ser destinados desde la nación, los cuales correspondían al pago de pensiones de los servidores jubilados.
“Cada vez que cambia de gobierno, en este caso el gobierno departamental, la contratación que hace la universidad para la prestación de servicios o de proyectos interadministrativos. Esas condiciones impidieron que el flujo de caja de la universidad fuera suficiente para tener entonces cómo sufragar los gastos. Esto nos llevó a un retraso en el pago de los salarios más altos y también a acudir a un plan de austeridad y de rescate financiero”, agregó.
El rector asegura que no hay alguna afectación con el servicio de este y el próximo semestre académico, pues lo que se está reflejando es una coyuntura que corresponde un asunto estructural. “Hay un rumor que dice que vamos a destituir una gran cantidad de personas con los niveles más bajos en términos salariales. La respuestas no. Estamos ajustando la estructura pero empezamos por el vértice de la estructura administrativa”, subrayó.
Los contratos de horas cátedras de la institución no solo están destinados a los docentes, también se asignan a otras funciones en el marco de la normatividad vigente. Para el rector es necesario hacer ajustes en este punto que no tiene que ver con la docencia directa, pero que se relaciona con temas de funcionamiento.
Además, se refirió a la implementación del plan salvar económicamente a la universidad, según él, “hemos asumido medidas inmediatas, de corto tiempo, unas de mediano tiempo y otras de más largo aliento. La primera es que estamos comprometidos con un proceso de austeridad que venimos desarrollando de buena forma, dando ejemplo desde casa, en ajustar cómo ahorramos en la estructura desde la administración central, las vicerrectorías y las direcciones, revisando los contratos que tienen que ver con tiquetes, con el aseo, con vigilancia, y que esa intervención no afecte para nada la prestación del servicio ni las comisiones”.
Arboleda concluyó que en este momento está pendiente el pago del retroactivo del incremento de los salarios de estos servidores públicos, el cual esperan hacerlo en los siguientes meses.